El mandatario rechazó en un mitin ceder a las exigencias de miles de nicaragüenses que protestas desde hace tres meses, en medio de una ola de violencia que deja hasta la fecha más de 200 muertos.
Pese a las multitudinarias protestas que exigen su salida del poder y la convocatoria a elecciones presidenciales adelantadas, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, descartó vaya a convocar a un proceso electoral en un mitin ante miles de sus seguidores.
En su primera aparición pública desde el pasado 30 de mayo dijo que no puede alterar las reglas constitucionales de su país para adelantar elecciones y que por lo tanto cumplirá con su mandato. "Aquí las reglas las pone la Constitución de la República a través del pueblo, las reglas no pueden venir a cambiarlas de la noche a la mañana simplemente porque se le ocurrió a un grupo de golpistas", dijo Ortega.
Con esas palabras desestimó la propuesta de adelantar para marzo de 2019 las elecciones de 2021, como han solicitado la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, diversas naciones y recientemente su propio hermano, el general en retiro Humberto Saavedra.
Defiende la represión
El presidente nicaragüense también advirtió de que continuarán los ataques contra los que considera subversivos, en lo que llamó una "lucha por la paz". En su discurso, el presidente nicaragüense insistió en responsabilizar por la muerte de los manifestantes a personas que supuestamente pagan a pandilleros "para la maldad", y acusó a las protestas cívicas de ser centros de "tortura, de terrorismo", exactamente lo contrario de lo que denuncian la población y organismos humanitarios nacionales e internacionales.
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Ortega también como presidente. Las protestas contra el Gobierno comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.
Las movilizaciones convocadas por la población y los colectivos civiles han dejado hasta el momento menos de 285 muertos y otras dos mil 500 heridas, esto de acuerdo a un reporte de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH). Muchas de estas víctimas son, según denuncian, por acciones de fuerzas combinadas, conformadas por policías, antimotines, "parapolicías", paramilitares y grupos de choque oficialistas. (Con información de EFE y AFP)
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