En su testimonio ante la Comisión Nacional de la Verdad, Lula contó cómo pasó sus días en prisión.
En 1980, el influyente líder de una masiva huelga de metalúrgicos brasileños, Luiz Inácio Lula da Silva, fue detenido durante 31 días por "atentar contra el orden nacional", en plena dictadura militar (1964-85).
Lula fue arrestado el 19 de abril a las 06:30 de la mañana en su domicilio de Sao Bernardo dos Campos, en las afueras de Sao Paulo, y conducido a la sede paulistana de la Dirección de Orden Política y Social (Dops), donde fueron torturadas centenas de personas durante la peor fase de la dictadura.
Testimonio
En 2014, en su testimonio ante la Comisión Nacional de la Verdad, Lula afirmó que fue "tratado con dignidad". Le fueron permitidas un par de salidas para visitar a su familia y para ir al funeral de su madre; podía leer periódicos e incluso una vez le permitieron ingresar un televisor para ver un partido de fútbol de su equipo favorito, el Corinthians de Sao Paulo.
Durante la primera semana de reclusión, mantuvo una huelga de hambre en apoyo a sus seguidores aún de brazos cruzados en las fábricas.
La huelga se diluyó durante su estadía en prisión, pero para Lula fue una victoria política.
"Si los militares hubiesen sabido lo que iba a ocurrir después de mi detención, ciertamente más les hubiera valido no prenderme", diría años después.
Tribunal militar
Tras ser liberado en mayo, Lula fue electo presidente del recién fundado Partido de los Trabajadores (PT), con el que alcanzaría la Presidencia de la República en 2003.
En 1981, fue condenado en un tribunal militar a tres años y medio de cárcel por violar la entonces vigente Ley de Seguridad Pública con los llamados a huelga, pero fue absuelto poco después. (AFP)
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