El mandatario y candidato presidencial de Bolivia pidió que le den "cinco años más para terminar las grandes obras". Hizo estas declaraciones durante un evento previo a las elecciones del próximo domingo, las más difíciles en sus 13 años en el poder.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, pidió el miércoles a los bolivianos que "no lo abandonen" en las elecciones del próximo domingo, las más difíciles en sus 13 años en el poder, desafiado por el exmandatario Carlos Mesa, que despide su campaña fortalecido al advertir contra la deriva autoritaria del líder izquierdista.
"Les pido cinco años más para terminar nuestras grandes obras", dijo un Evo Morales enérgico, con la voz ronca tras una semana frenética recorriendo este país de 11 millones de habitantes para convencerlos de que debe ser reelecto para un cuarto mandato, 2020-2025.
"No me abandonen el 20 de octubre", remató Morales en un acto multitudinario en El Alto, la planicie a 4,000 metros de altura aledaña a La Paz, con varias organizaciones de militantes de bases sociales vestidas con el color azul del partido MAS del oficialismo.
Pero en Santa Cruz, del otro lado del país, Mesa replicó: "El 20 de octubre Bolivia va a derrotar el autoritarismo de casi 14 años", dijo después que sus seguidores lo recibieran al grito de "¡De-mo-cra-cia!".
Con baile, arengas en aymara y dos ceremonias andinas de chamanes al costado de la tarima, Morales, de 59 años, destacó una vez más la estabilidad económica en la última década, el proceso de industrialización y "la dignidad para todos los pueblos hermanos que conviven en Bolivia", en alusión a los indígenas.
Mientras tanto en el bastión del empresariado opositor, Santa Cruz, unas dos mil personas armaron una fiesta de globos naranjas por el opositor Mesa, del partido Comunidad Ciudadana.
"Estas son las elecciones más injustas de la historia porque están manejadas por un partido que viene gobernando desde hace 13 años y ocupa todos los poderes", lamentó Lola Terrazas, candidata a diputada en Santa Cruz y descendiente aymara.
En la campaña que culminó este miércoles la oposición cuestionó una intención autocrática de Morales al buscar una tercera reelección después de haber perdido en 2016 un referéndum en el que la ciudadanía rechazó que volviera a postularse a elecciones.
Sin embargo, seguidores y adversarios de este exlíder cocalero de izquierdas reconocen que su modelo económico, propiciado por la época dorada de las materias primas gracias a las compras de China, abrió en este país exportador de gas natural un largo capítulo de bonanza.
Una misión de observadores de la OEA en el país llamó a mantener la armonía, tras una escalada de tensiones en algunas ciudades.
Mesa sube el tono
Carlos Mesa, periodista y expresidente de centro de 66 años, sumó apoyos de izquierda a derecha en el abanico opositor en las últimas semanas como la voz contra la autocracia que ven en Morales, pero sin propuestas concretas en lo económico.
Según encuestas recientes, el ascenso de Mesa puede frustrar las posibilidades de Evo de ganar en primer vuelta el domingo como se estimaba hasta mediados de este año.
"No se van a quedar para siempre, ¡ya es demasiado!", afirmó el opositor el miércoles en la noche.
Parte del aumento en intención de voto de Mesa se debe al impacto que tuvieron los gigantescos incendios que en agosto y septiembre quemaron en Bolivia una zona inmensa de bosques nativos que indignaron a ambientalistas e indígenas.
Morales por su parte, defiende su candidatura exhibiendo la reducción de la pobreza y las altas tasas de crecimiento, que aún en declive se sitúa en 4.2% en la actualidad, y advierte que con cualquier otro candidato se perderán derechos sociales en este país, entre los tres más pobres de la región.
"Vamos a dar paliza a los vendepatria, vamos a dar paliza a los neoliberales", repitió.
AFP
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