Tras la expulsión del embajador venezolano en Lima, Diego Alfredo Morelo, repasamos otros impases que terminaron muy mal. La mayoría con EEUU de protagonista. Los platos rotos, casi siempre los pagaron los diplomáticos.
Latinoamérica siempre fue considerada como una región conflictiva y aunque en el presente milenio no ha habido guerras, los desencuentros políticos han sido una constante.
Las disputas entre las naciones han ocasionado declives en las relaciones internacionales, sobre todo luego de que Hugo Chávez asumiera el poder en Venezuela en 1999. Tras la aparición del bloque del ALBA la división se acentuó aún más, llegando a enfrentamientos verbales entre presidentes.
Estados Unidos ha jugado un papel trascendental en medio de este escenario que para algunos sigue siendo el patio trasero de la potencia y para otros una vecindad en la que solo es necesario saber convivir.
Los impases diplomáticos pueden llevar a llamados a consultas a embajadores, pero cuando alcanza la expulsión como ocurrió con el embajador venezolano Diego Alfredo Molero, hablamos de palabras mayores:
Bolivia - EEUU
Corría septiembre del año 2008, y en la Bolivia de Evo Morales se vivía una crisis política que nacía en regiones opositoras al régimen, especialmente en Santa Cruz. El Ejecutivo llegó a afirmar que estaban al borde de un golpe de Estado civil. Lugar al que iba Evo Morales, lugar en donde se producían enfrentamientos entre seguidores y detractores.
Es en este contexto que el gobierno de Morales puso la mira al embajador de Estados Unidos en ese país, Philip Goldberg, a quien acusaba de apoyar a grupos rebeldes que llegaron a atentar contra yacimientos gasíferos poniendo en riesgo las exportaciones hacia Brasil y Argentina.
"Sin miedo al imperio, hoy declaro al señor Goldberg persona no grata. Pido a nuestro canciller de la república [..] enviar hoy al embajador [un mensaje] haciendo conocer la decisión del gobierno nacional, de su presidente, para que urgentemente retorne a su país", dijo Morales en aquella ocasión.
Goldberg, quien en agosto había sostenido una reunión con el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, tuvo que salir del país y desde entonces ningún otro embajador estadounidense volvió a pisar el país altiplánico. Tras Goldberg, la DEA y la USAID siguieron en la lista.
Venezuela – EEUU
Patrick Duddy nunca imaginó que una noche recibiría por televisión la orden de abandonar Venezuela en menos de 72 horas. El 12 de setiembre de 2008 un furibundo Hugo Chavez anunciaba la expulsión del embajador estadounidense en solidaridad con Bolivia, tras la decisión de Evo Morales de correr de su nación a Philip Goldberg.
Fiel a su estilo Chavez ponía la cruz a los “yanquis” invasores: "Tiene 72 horas a partir de este momento para abandonar el territorio venezolano (...) Váyanse al carajo ''yankis'' de mierda, acá hay un pueblo digno, sépanlo bien, gringos de mierda, nosotros estamos llamados a ser libres". El gobierno de George W. Bush se decidió de inmediato por la reciprocidad, expulsando al embajador Bernardo Alvarez. Horas antes sacó de su territorio al embajador boliviano Mario Gustavo Guzmán.
"Lamentamos la decisión de ambos de expulsar a nuestro embajadores", dijo Sean McCormack, portavoz del departamento de Estado de EEUU.
Paraguay – Venezuela
Podría decirse que la expulsión del embajador venezolano en Paraguay fue una expulsión a medias. En todo caso, fue un impedimento de retorno. En la práctica, el gobierno paraguayo decidió que el embajador venezolano José F. Javier Arrúe de Pablo no volviera a entrar a Paraguay por considerar que Venezuela había cometido injerencia en el proceso de cambio que sufría Paraguay en ese momento.
Las causas se remontan a unos días atrás. El 22 de junio de 2012 el presidente Fernando Lugo tuvo que dejar el poder tras un juicio político que se le efectuó en el Congreso. A los dos días Venezuela decidió retirar a su embajador acusando un “golpe de Estado”.
Sin embargo, al parecer las acciones del gobierno chavista no se habían quedado en el simple gesto diplomático, y esto porque las autoridades paraguayas descubrieron que el mismo 22 de junio el canciller venezolano, quien era nada menos que Nicolás Maduro, y quien se encontraba en Asunción tratando de hacer de mediador de la crisis, se había reunido con militares paraguayos para pedirles que le sigan siendo fieles a Lugo.
El vicepresidente Federico Franco, quien asumía funciones de presidente en ese momento, declaró de inmediato “persona non grata” al embajador Arrué y le impidió el retorno al país, si es que en algún momento pensaba retornar, claro.
Ecuador – EEUU
Cuando estallaron los Wikileaks en el 2010 hubo muchos desencuentros diplomáticos, uno de ellos fue el que protagonizaron Ecuador y EEUU. El documento publicado en los medios internacionales en el que la embajadora Heather Hodges consideraba “generalizada” la corrupción policial en Ecuador, puso los pelos de punta a Rafael Correa.
Fue el canciller Ricardo Patiño el encargado de dar a conocer la decisión de expulsar a Hodges, enfatizando que no había intención de arruinar las relaciones con los Estados Unidos. Ecuador no llamó a consulta a su embajador porque consideraba que la medida no iba en contra del Gobierno de Barack Obama sino contra los cables firmados por la embajadora.
Lo que ponía aún más molestos a los ecuatorianos era que Hodges mencionaba en uno de sus informes que seguramente el presidente Correa debía estar al tanto de la actividad corrupta.
Estados Unidos no pudo reaccionar de otra forma, a vista del mundo entero esto era una acción contra el país: El 07 de junio declaró persona non grata al embajador de Ecuador, Luis Gallegos, y lo expulsó. Washington expresó que la acción “injustificada” de Ecuador no le dejó otra alternativa que la reciprocidad.
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