Los fuertes vientos y lluvias causadas por el ciclón golpearon especialmente el extremo oeste de la provincia de Pinar del Río y el municipio especial de Isla de la Juventud.
El huracán Michael se aleja ya de la punta occidental de Cuba, donde a su paso en las últimas horas dejó miles de hogares sin electricidad, inundaciones y daños aún por valorar en viviendas e infraestructuras, aunque no causó víctimas.
Los fuertes vientos y lluvias causadas por el ciclón, que llegó a la isla con fuerza 1 de 5 en la escala Saffir Simpson, golpearon especialmente el extremo oeste de la provincia de Pinar del Río y el municipio especial de Isla de la Juventud, donde ya se trabaja para restablecer el fluido eléctrico y despejar las carreteras.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, encabezó anoche una reunión gubernamental para evaluar la situación y las medidas adoptadas en las cinco provincias más amenazadas por el organismo, y conminó a "mantener toda la vigilancia necesaria y cumplir con las medidas establecidas", según los medios estatales.
En Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba, el 54 % de los clientes tienen el servicio afectado y más de 125.800 usuarios no cuentan con electricidad, sobre todo en el extremo occidental, mientras en Isla de la Juventud los daños se extienden al 70 % del servicio, reportó la estatal Agencia Cubana de Noticias.
Los territorios más afectados en la provincia pinareña son los de Sandino, Mantua y Guane, en la punta occidental del país, mientras otros como el turístico Viñales y el municipio capitalino de Pinar del Río tienen afectado parcialmente el suministro.
El número de evacuados por el paso de este huracán no fue tan alto como en otras ocasiones, con unas 300 personas hasta la noche del lunes en Pinar del Río, y vecinos desplazados también de zonas vulnerables a inundaciones costeras en Isla de la Juventud y en la provincia de Artemisa. (EFE)
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