Altos directivos de la grupo cárnico JBS señalaron que los exmandatarios recibieron el dinero a cambio de facilitar el acceso de la empresa a créditos multimillonarios.
La Fiscalía brasileña abrió una investigación para averiguar si los expresidentes Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva recibieron 80 millones de dólares en supuestos sobornos por parte de la multinacional cárnica JBS, según divulgaron medios locales.
El procedimiento fue instaurado por el fiscal Ivan Marx, de Brasilia, con base en las revelaciones que hicieron varios ejecutivos del grupo JBS en el marco de un acuerdo de colaboración judicial, según publicaron los diarios O Globo y O Estado de Sao Paulo.
La denuncia. Lula y Rousseff, ambos del opositor Partido de los Trabajadores (PT) y que ya responden en tribunales en diversos procesos, fueron acusados por esos directivos de JBS de facilitarle a la empresa el acceso a multimillonarios créditos del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), pagados desde 2005.
En la delación, Joesley Batista, uno de los dueños de JBS, y el director del grupo Ricardo Saud, sostienen que los sobornos a cambio de esos favores alcanzaron la suma de 80 millones de dólares para los dos exgobernantes y fueron depositados en diversas cuentas bancarias abiertas en el exterior.
Los posibles sobornos. Según esos relatos, las coimas alcanzaron los 50 millones de dólares en el caso de Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, y de 30 millones de dólares para Rousseff, su ahijada política y sucesora en el cargo, pero destituida en agosto del año pasado por el Congreso por supuestas irregularidades fiscales.
El intermediario para negociar los valores era, según esos testimonios, Guido Mantega, quien fue ministro de Hacienda en los Gobiernos de Lula y Rousseff y que también ha sido acusado de ejercer ese mismo papel por el grupo Odebrecht, implicado en la trama corrupta que operó durante años en la estatal Petrobras. (EFE)
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