Según Luis Arce, Bolivia está "en medio de un cambio estructural imparable que ya da resultados" y prometió que los frutos "se multiplicarán muy pronto" con la "industrialización" de los recursos naturales que, dijo, es el "legado más poderoso" que dejará al concluir su gestión de gobierno en noviembre próximo.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó este miércoles que las "dificultades" económicas por las que atraviesa su país actualmente son "coyunturales" y defendió su gestión de Gobierno durante el mensaje que dio con motivo del bicentenario de la independencia boliviana.
En el discurso pronunciado en Sucre, la capital constitucional de Bolivia y sede del órgano Judicial, Arce aseguró que su Gobierno "sentó las bases de una economía de base ancha, diversificada, que puso en marcha un plan de industrialización para dar un salto cualitativo en el camino hacia un horizonte de desarrollo con soberanía económica".
"Es cierto que atravesamos dificultades, escasez de combustibles, presión sobre divisas, especulación de precios de algunos productos, pero deben estar seguros todos que son coyunturales y que no reflejan debilidad, sino el esfuerzo que implica la transformación del país", manifestó.
Según Arce, Bolivia está "en medio de un cambio estructural imparable que ya da resultados" y prometió que los frutos "se multiplicarán muy pronto" con la "industrialización" de los recursos naturales que, dijo, es el "legado más poderoso" que dejará al concluir su gestión de gobierno en noviembre próximo.

El presidente también hizo un amplio repaso por la historia de Bolivia y dedicó los minutos finales para hablar de sus cinco años de Gobierno, en los que indicó que hubo "una serie de bloqueos de caminos, marchas y sabotaje en la Asamblea Legislativa a leyes económicas y sociales".
El mandatario fue abucheado por algunos parlamentarios cuando habló del "golpe de Estado fallido", en alusión al frustrado levantamiento militar de junio de 2024, aunque en la parte final de su discurso se impusieron los aplausos de los ministros y legisladores de la facción oficialista afín a su Gobierno.
Según el gobernante, la conflictividad social y política creó "un escenario propicio para la especulación, el agio, el contrabando a la inversa, la falta de combustible y dólares, así como el desangre de las arcas fiscales y de la economía toda".
"Aún así, Bolivia sigue en pie creciendo con obras que mejoran la calidad de vida de los bolivianos (...) El Gobierno nacional ha defendido nuestra patria, los recursos naturales, la democracia y la dignidad del pueblo, especialmente a los más vulnerables", sostuvo.
Arce también defendió el Estado Plurinacional, la denominación que adquirió Bolivia con la Constitución vigente desde 2009, y al "proceso de cambio", como llaman los oficialistas a los Gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS).
A su juicio, el "pueblo trabajador y luchador" no permitirá "que se vuelvan a privatizar los recursos naturales", ni que le arrebaten las "conquistas sociales" logradas en las dos últimas décadas.
Arce reconoció a Evo Morales (2006-2019) como el "primer indígena" que llegó a la Presidencia de Bolivia, aunque luego, sin mencionarlo directamente, también hizo algunas alusiones al distanciamiento del también exlíder del oficialismo de su Gobierno.
El presidente afirmó que el MAS y el llamado 'pacto de unidad' que agrupa a los sectores sociales y sindicatos afines a ese partido surgieron "con una profunda vocación colectiva por la defensa de los intereses del pueblo y lejano a cualquier liderazgo hiperpersonalista".
Morales renunció al MAS tras perder el liderazgo del partido y está distanciado de Arce por diferencias en la administración del Estado y por la candidatura oficialista para las elecciones generales del próximo 17 de agosto.
Los actos centrales del bicentenario de Bolivia se realizan en Sucre, donde el 6 de agosto de 1825 se firmó la proclama de independencia del país que puso fin a los levantamientos contra la colonia española.
Entre los invitados internacionales están la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, la vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto, y los cancilleres de Chile, Alberto van Klaveren, y de Venezuela, Yván Gil.
La celebración casi ha quedado en segundo plano por la crisis económica y también por la carrera electoral que ha estado marcada por las tensiones y protestas de los sectores afines a Evo Morales, quien insiste en ser candidato pese a una disposición constitucional que le impide volver a postular porque ya gobernó el país en tres ocasiones.
El exmandatario llamó este miércoles a votar nulo como una "forma de rechazo a una elección deslegitimada".