El país centroamericano vive la crisis sociopolítica más sangrienta de su historia reciente. En dos meses de protestas contra el gobierno se han contabilizado más de 200 muertes.
Ataques simultáneos de fuerzas combinadas del gobierno de Daniel Ortega contra una universidad y barrios de Managua en Nicaragua, han dejado como saldo la muerte de cinco personas, entre ellas un bebé de un año, en un recrudecimiento de la represión de protestas opositoras y que en dos meses ya deja más de 200 muertos.
Desde la medianoche del viernes policías, parapolicías y paramilitares encapuchados, incursionaron en unos seis barrios del oriente de Managua y en el campus de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), donde decenas de estudiantes se atrincheraron. "Cinco muertos, incluido el niño, pero podría haber más", dijo a la AFP Georgina Ruiz, activista del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).
Dos estudiantes murieron y otros 15 resultaron heridos en el ataque a la casa de estudios, mientras que los otros fallecidos se reportaron en los barrios de la ciudad, lugar donde se produjo la muerte del menor de edad, ocurrido por un impacto de bala en la cabeza.
Fue la madre del bebé, Karina Navarrete, quien en declaraciones para la Agence France Press (AFP), narró lo ocurrido. "La policía disparó. Nadie me contó yo lo vi, eran policías y nos comenzaron a disparar (...) Espero justicia", dijo, mientras que la policía responsabilizó del crimen a "delincuentes" que "asedian" los barrios.
Las protestas se iniciaron el 18 de abril, en respuesta a una reforma a la seguridad social, pero se ampliaron para demandar justicia y la salida del poder de Ortega, a quien acusan de instaurar, con su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, un gobierno autocrático.
Represión en la universidad.
Según estudiantes, antes de la una de la mañana, efectivos paramilitares del gobierno atacaron la sede de la UNAN con arsenal bélico. "Nos están tirando a matar. Al pueblo lo están masacrando, a los jóvenes. Estamos siendo asediados. Es una guerra muy desigual", dijo un estudiante que lleva 50 días atrincherados.
Durante el ataque, un chico con un pañuelo en el rostro, que transmitió por Facebook Live, dijo que había "francotiradores" y "cuatro drones" sobrevolando el campus. Mientras hablaba se oían disparos. "No nos vamos a rendir", gritaron otros jóvenes que estaban con él.
La iglesia se pronuncia
Mientras tanto, el cardenal Leopoldo Brenes pidió al gobierno y a los grupos armados legales e ilegales "que no apunten el arma para quitarle la vida a un hermano".
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) envió a cuatro sacerdotes a la zona. "Les pedimos en el nombre de Dios que cesen los ataques, la ola de violencia y los muertos", dijo el padre Raúl Zamora en la Universidad.
Poco antes del ataque, la CEN había convocado al gobierno y a la Alianza Cívica a reanudar el lunes el diálogo para discutir la propuesta de adelantar las elecciones de 2021 a marzo de 2019. (Con información de AFP)
Comparte esta noticia