El caso de una bebé de un año y dos meses, que falleció tras padecer severos traumatismos, ha causado la indignación de Costa Rica. El médico que la atendió escribió una carta donde le pide perdón y suplica que su "dolor no quede impune”.
Un caso conmociona Costa Rica. Una bebé de un año y dos meses falleció esta semana después de haber sido tratada por severos traumatismos. La carta del jefe de trauma del Hospital Nacional de Niños de San José, Marco Vargas, se despidió de ella con una carta que se ha vuelto viral y ha sumado la indignación en ese país.
"Me dan asco quienes te hicieron tanto daño y pido, ruego y suplico por que tu dolor no quede impune. Pido por tu venganza, pues si bien esta no da paz, marca el principio del final de tu justicia", escribió.
La madre de la menor y su pareja fueron detenidos el miércoles 5 de diciembre y son sospechosos de su homicidio. Ambos deberán pasar seis meses en prisión preventiva, informó BBC Mundo.
El médico Marco Vargas se despidió de la niña, lamentó lo que había tenido que sufrir y le pidió perdón.
"La noticia se acompaña de furia. Profunda, sincera y devastadora furia humana, aquella que no te permite más que liberar una maldición primigenia contra quienes te hicieron daño, porque a diferencia de los que nos disponíamos a rescatar, 'M' había sido lastimada, torturada y herida de muerte a propósito", escribió.
Vargas narró el momento en que atendió a la bebé, quién tenía en su cuerpo “marcas de dolor y en agonía”. La menor fue llevada al hospital por su madre y su padrastro, que afirmaron que se había caído.
Sin embargo, las fuertes lesiones hicieron sospechar a los médicos, quienes alertaron a las autoridades. Según el portal de noticias costarricense La Teja, la bebé tenía golpes en la cabeza y la cara, así como fracturas en los brazos, las piernas y las costillas.
"Pero ¿qué hizo esta pequeña? No sé. Sus manos deberían estar llenas de tierra de juegos y manchas de colores, pero estaban blancas, vacías, abiertas a recibir, pero no, por Dios no, por favor no más dolor", se lee en el mensaje de Vargas.
"Ahora sus manos tenían agujas y pulseras que no eran de colores sino para saber cómo su corazón luchaba para impulsar sangre".
"¿Qué hiciste para morir sola, en medio de la multitud de una sala de cuidados intensivos? ¿Quién te dio la mano en el extremo momento?", escribió.
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