A poco más de dos meses de las Olimpiadas, especialistas han alertado sobre la preocupante situación de las aguas de la ciudad sede.
Aguas de un inquietante color marrón, corrientes de aire con olor a huevo podrido y objetos flotantes son característicos de los ríos, playas y lagunas de Río de Janeiro, un panorama desalentador que, a 75 días de los Juegos, elimina cualquier esperanza de que queden limpios antes de agosto.
Contaminación. Las lavadoras, botellas de detergentes y neumáticos que la prensa ha denunciado en las bahías de Río son solo una parte de la suciedad acumulada. En el agua se han encontrado también bolsas submarinas de gas sulfhídrico y metano -fruto de la descomposición de los vertidos-, bacterias fecales, virus y microorganismos capaces de generar dolor de cabeza, vómitos, conjuntivitis e incluso hepatitis a quien entre en contacto con ellos durante un tiempo prolongado.
Los más afectados. Las grandes víctimas de esta crisis medioambiental son la Bahía de Guanabara y la Laguna Rodrigo Freitas, que, según expertos, sufren daños casi irreparables que supondrán décadas de dedicación e inversión para su limpieza, mientras las autoridades aseguran que no constituyen un riesgo para los deportistas olímpicos y limitan el problema a una cuestión estética.
“Causa perdida”. El biólogo brasileño Mario Moscatelli defiende que ya no hay que centrarse tanto en estas aguas, "una causa perdida", sino en las áreas más próximas al sur y a las instalaciones olímpicas, que suponen un peligro para los bañistas pero que podrían rescatarse en "cuatro o cinco años".
Grave situación. La bajada de Jacarepaguá, próximas al recinto olímpico, está "en proceso terminal", asegura a Efe Moscatelli, porque hospeda una gran cantidad de aguas residuales tras años de vertidos descontrolados. Moscatelli denuncia que hace un par de semanas, en una resaca, "hubo una agitación del fondo y una liberación de gran cantidad de gas", que se quedó en la región y generó dolores de cabeza y malestar a los habitantes de la zona.
Afectaría a participantes. Una situación similar se dio durante una etapa del campeonato mundial de surf, que se celebró en la ciudad hace una semana, y durante el cual varios competidores sufrieron diarrea por las aguas contaminadas, aunque no era la primera edición en la que ocurría.
Informe oficial. Por todas estas razones, en dos semanas pretende presentarle un documento al ministro de Medioambiente brasileño, José Sarney Filho, con la esperanza de que se lo traslade al presidente interino, Michel Temer, alegando que, hace dos semanas, "(Temer) dijo claramente que no habría falta de recursos para los Juegos".
EFE
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