Mohamed Mursi, que gobernó el país entre 2012 y 2013, murió en pleno juicio que se le seguía por espionaje. Su familia y organizaciones de derechos humanos denunciaron que el expresidente estuvo en aislamiento.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reclamó este martes una investigación "minuciosa e independiente" tras la muerte en pleno tribunal del expresidente egipcio Mohamed Mursi, detenido desde hacía seis años.
"Toda muerte repentina en prisión debe ser seguida de una investigación rápida, imparcial, minuciosa y transparente por un órgano independiente para aclarar la razón del deceso", declaró Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
"Como el expresidente Mohammed Mursi estaba detenido por las autoridades egipcias en el momento de su muerte, el Estado tiene la responsabilidad de asegurarse que fue tratado humanamente y que su derecho a seguir vivo y ser atendido fue respetado", señaló.
De todos modos, el portavoz subrayó que se habían manifestado "preocupaciones" por el tema de sus condiciones de detención y su acceso a cuidados médicos.
En marzo de 2018, una comisión británica independiente había denunciado el mantenimiento en aislamiento 23 horas por día del expresidente, que tenía antecedentes diabéticos e insuficiencia renal.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW), también reclamaron una investigación sobre la muerte del islamista de 67 años.
AFP
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