Qabús bin Said, de 79 años, gobernó Omán por casi cinco décadas. Se desconocen las causas de su muerte, pero a principios de diciembre viajó a Bélgica para someterse a un chequeo médico.
Tras gobernar durante casi cinco décadas en las que el sultanato ha destacado por su neutralidad y carácter conciliador, Qabús bin Said de Omán, el último sultán de Oriente Medio, falleció este viernes a los 79 años sin descendencia ni sucesor conocido.
La agencia oficial omaní ONA anunció la noticia la madrugada del sábado en un escueto mensaje en el que no aporta detalles sobre las causas de la muerte del sultán, quien a principios del mes pasado había viajado a Bélgica para someterse a un chequeo médico.
Lo último que se supo sobre la salud de Bin Said, una cuestión muy sensible y en general mantenida en secreto, es que su condición era "estable", hasta que esta madrugada Omán decretó tres días de luto y de suspensión de trabajos tanto en el sector público como privado por el deceso de su líder.
Su muerte se produce en momentos de tensión en Oriente Medio por un cruce de ataques entre Washington y Teherán en territorio iraquí, una situación ante la que el sultanato ha llamado a la calma, en línea con su política de mantener una postura neutral entre el eje suní liderado por Arabia Saudí y el chií, con Teherán a la cabeza.
Incluso, bajo la batuta de Bin Said, Mascate ha mediado entre sus vecinos enfrentados y ha buscado poner fin al conflicto en el Yemen, y fue el primer Gobierno del golfo Pérsico en establecer lazos de bajo nivel con Israel.
Qabús nació en la ciudad sureña de Salalah, cuna de la dinastía Al Said desde mediados del siglo XVIII y por entonces la capital del reino por capricho de su padre, Said bin Taimur, a quien derrocó en 1970 tras un golpe palaciego no sangriento que contó con la ayuda de los británicos, los anteriores colonos del país.
Venerado en Omán, se le recuerda como sabio, justo y el principal mediador en los conflictos de una de las regiones más belicosas del mundo, donde estableció lazos con el vecino Irán y hasta con el archienemigo del resto de países árabe, Israel. (EFE)
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