Washington atribuyó, sin embargo, la mayor parte de la culpa al Estado Islámico, afirmando que habían colocado gran cantidad de explosivos en el edificio blanco del ataque.
El Pentágono reconoció que un ataque de Estados Unidos, efectuado en marzo pasado y dirigido en principio contra dos miembros del Estado Islámico (EI) en un edificio de Mosul (Irak), dejó al menos 105 civiles muertos al detonar otros explosivos escondidos por el grupo yihadista en el lugar.
"La explosión secundaria del material guardado por EI desencadenó el rápido colapso de la estructura que mató a dos francotiradores del EI, 101 civiles resguardados en la parte baja del edificio y cuatro civiles más en un edificio cercano", concluyó la investigación conducida por el Comando Central de EE.UU., cuyo informe fue divulgado por el Departamento de Defensa.
El bombardeo. El ataque aéreo de las fuerzas estadounidenses en el vecindario de Al Jadida, una zona con gran densidad de habitantes en el oeste de Mosul, se produjo dentro de la ofensiva para retomar la ciudad del norte del Irak del grupo yihadista.
La investigación fue encabezada por el general de brigada Matthew Isler, quien visitó "el lugar del bombardeo, habló con vecinos y revisó material de vídeo desde aviones de la coalición internacional en un periodo de tiempo de diez días antes, durante y después del ataque".
Estalló explosivos. El Pentágono subrayó que la bomba inteligente lanzada por los aviones de EE.UU. habría matado solamente a los francotiradores ubicados en la azote del edificio, y mantenido íntegra la estructura, dada su potencia. Sin embargo, la existencia de explosivos provocó que se desencadenase una explosión gigante que redujo el edificio a escombros. (EFE)
Comparte esta noticia