Más de veinte fallecidos en solo dos días marcan las primeras semanas del gobernador Héctor Astudillo en el cargo.
La violencia del crimen organizado azota de nuevo al estado mexicano de Guerrero, sumando en los dos últimos días más de una veintena de fallecidos al negro balance de una de las zonas más peligrosas del país y marcando las primeras semanas del nuevo gobernador, Héctor Astudillo.
Seis personas, entre ellos dos niños, murieron el lunes en un ataque armado perpetrado en el municipio de Chilapa de Álvarez, informaron hoy fuentes de la fiscalía estatal.
Estas muertes, al parecer relacionadas con el crimen organizado, vuelven a poner de manifiesto la frágil seguridad en Guerrero, una región marcada por la tragedia de Iguala, en la que fallecieron seis personas y desaparecieron 43 estudiantes a mano de policías corruptos y miembros de un cártel de las drogas.
Chilapa, disputado por dos grupos antagónicos, Los Ardillos y Los Rojos, es un municipio estratégico para el narcotráfico al ser la única ruta disponible para sacar la amapola que se cultiva en la montaña de Guerrero.
Apenas el 3 de noviembre pasado fue asesinado a tiros Alberto Carreto Cuevas, hijo de Silvestre Carreto, en Ahuihuiyuco, y a inicios de mayo, en el marco de unos comicios que también tiñeron de sangre el estado, asesinaron al candidato a la alcaldía de Chilapa del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Ulises Fabián.
Ese mismo mes los habitantes de la región denunciaron la desaparición de 16 personas, después de que el municipio fue ocupado durante varios días por grupos de civiles armados que se identificaron como policías comunitarios.
El recrudecimiento de la violencia se produce solo tres semanas después de Héctor Astudillo, del oficialista PRI, asumiera como gobernador de Guerrero, un estado que en la última década estuvo en manos del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Al asumir el poder, el nuevo gobernador apeló a la unidad y al diálogo para buscar la paz del estado y anunció un reforzamiento de la presencia de fuerzas federales en el estado y el impulso a la Policía única, para hacer frente a la creciente ola de violencia.
En 2014 se registraron 1.719 homicidios en Guerrero, según cifras preliminares del instituto de estadísticas del país, lo que representa una tasa de 48 homicidios por cada 100.000 habitantes, la más alta del país.
EFE
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