La tragedia en el mercado de San Pablito ha dejado hasta el momento un saldo de 36 muertos, 72 heridos y un número indeterminado de desaparecidos.
La tarde clara se vio repentinamente estremecida por un gran estruendo: el cielo se ennegreció por la espesa capa de humo teñida de colores que desató el estallido en cadena de toneladas de pólvora del mercado de pirotecnia de Tultepec, el mayor de México.
"Nada más se escuchó la explosión y todo comenzó a incendiarse. De hecho hasta salió corriendo gente quemada", narró Walter Garduño, quien estaba cerca del mercado y fue testigo cercano de la tragedia de este martes, que dejaba al menos 36 muertos y 72 heridos.
La tierra vibró. La tarde del martes, cuando el mercado bullía de clientes en busca de fuegos artificiales para las fiestas de fin de año, la pólvora empezó a estallar en un punto del mercado y en cuestión de minutos se desató una poderosa explosión que hizo vibrar la tierra en kilómetros a la redonda.
"Salió gente corriendo en llamas, incendiada, niños", añade Garduño, quien se encontraba en la zona de visita y acudió en lo inmediato por si se requería ayuda.
Parecía un bombardeo. La intervención de los socorristas, formales o improvisados, se complicaba por el continúo estallido de la pólvora en distintos puntos de este mercado asentado en un terreno de cuatro hectáreas cercano a un cruce carretero.
Angélica Coss, de 25 años y que vive en una zona habitacional a unas calles del mercado, desarrollaba sus actividades cotidianas cuando la tierra tembló bajo sus pies. "Se movió la tierra, sentí como si se hubiera caído un avión, como si estuvieran tirando bombas. Me subí al techo de mi casa y ahí estaban ya otros y vimos que estallaba el mercado. Y todo el humo nos empezó a cubrir", dijo Coss.
La devastación. El mercado quedó reducido a un amasijo de fierros y concreto calcinado del que los socorristas, manchados por el humo y las ropas rasgadas, sacaban a los heridos, la mayoría de ellos con quemaduras en el cuerpo. Víctor Hugo Samantes, quien tiene familiares con puestos en el mercado, fue de los primeros en llegar al sitio en busca de los suyos, quienes salieron ilesos del estallido.
"Es increíble porque está acostumbrado uno a ver todo con movimiento, la gente trabajando, atendiendo sus puestos. Y ahorita pues verlo así", comenta mientras observa, con un tapabocas, el mercado devastado rodeado de cientos de policías y socorristas.
Toneladas de pólvora. Con unos 300 puestos, el mercado de San Pablito, en Tultepec, en los suburbios de Ciudad de México, almacenaba decenas de toneladas de pólvora para la producción de fuegos de artificio con la autorización de la secretaría de la Defensa.
Tras devastadores explosiones de 2005 y 2006, que dejaron al mercado en cenizas y decenas de heridos, las medidas de seguridad se reforzaron y los vendedores de pirotecnia se jactaban de estar en el sitio más seguro de América Latina del ramo. (AFP)
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