La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, informó que este relajamiento de las reglas sanitarias se da en virtud de que la población ha adquirido altos niveles de inmunidad por los contagios y la vacunación contra la COVID-19.
Nueva Zelanda relajará gran parte de sus estrictas reglas sanitarias impuestas por la COVID-19 una vez su población ha adquirido altos niveles de inmunidad por los contagios y la vacunación, anunció el miércoles la primera ministra Jacinda Ardern.
La gobernante dijo que el viernes se retirarán las limitaciones a las reuniones en exteriores, permitiendo la celebración de conciertos o eventos deportivos sin restricciones de aforo.
Además, los pasaportes de vacunación no serán necesarios a partir del 4 de abril y se retirarán la mayoría de mandatos de vacunación que obligaban a los trabajadores a estar inmunizados o arriesgarse a un despido.
"Esto no es el fin, pero de muchas formas es también un nuevo comienzo", dijo Ardern a la prensa, señalando que el "covid está aquí para quedarse".
"Hasta ahora, hemos tenido más de 500 000 casos registrados de COVID-19 y los expertos dicen que probablemente ha habido 1,7 millones de infecciones reales" en una población de 5 millones, indicó.
"Esta cifra, junto al 95% de neozelandeses completamente vacunados, significa que ahora tenemos un alto nivel de inmunidad colectiva", explicó.
Estrictas medidas
Durante gran parte de la pandemia, Nueva Zelanda aplicó una estricta política de contención, con cierre de fronteras y fuertes restricciones ante cualquier brote, que le permitió mantener el virus alejado.
Actualmente experimenta una ola de infecciones de la variante ómicron, con 21 000 nuevos casos este martes, pero no ha provocado un notable aumento de las muertes, con un balance de solo 177 desde el inicio de la pandemia.
Esto llevó a las autoridades a cambiar su estrategia sanitaria y avanzar también la apertura de fronteras con el exterior.
(Con información de AFP)
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