El jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, tomó bajo su control la sureña ciudad rusa de Rostov y amenazó con marchar a Moscú, en una rebelión armada que el líder de Rusia, Vladímir Putin, calificó de traición.
El jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner, Yevgueni Prigozhin -clave en la ofensiva militar rusa en Ucrania-, aseguró que ingresó a Rusia con sus tropas para deponer al mando militar ruso, y que él y sus 25 000 hombres están "listos para morir" en su cometido. Mientras, el presidente ruso, Vladímir Putin, prometió sofocar la rebelión que tomó la ciudad sureña de Rostov del Don.
Prigozhin, que aseguró que no se trata de un golpe de Estado, cruzó anoche con sus tropas la frontera a la región de Rostov desde Ucrania, donde las fuerzas rusas habían atacado supuestamente con misiles un campamento del grupo Wagner, para iniciar una "marcha por la justicia" hacia Moscú por el "caos" causado por la cúpula militar en la guerra en Ucrania y la muerte de "más de 100 000 soldados rusos" por su culpa.
¿Qué provocó la rebelión?
Desde hace meses, Yevgueni Prigozhin ha protagonizado una lucha de poder con los mandos militares de Rusia, a los que acusa de las bajas en sus tropas en el este de Ucrania.
En reiteradas ocasiones ha acusado al Ejército ruso de no equipar suficientemente a sus mercenarios o de entorpecer sus avances con trámites burocráticos, además de apuntarse victorias que en realidad, según Prigozhin, se consiguieron gracias a los combatientes de Wagner.
El sábado, Prigozhin acusó al mando militar ruso de ordenar bombardeos contra las bases de su grupo paramilitar y de haber matado a muchos de sus combatientes.
El jefe de Wagner afirmó que había que "ponerle freno" a los responsables militares rusos y prometió "llegar hasta el final".
Wagner toma ciudad de Rostov
El empresario, que ya anoche fue acusado por la Fiscalía General de Rusia de "organizar una rebelión armada" que puede suponerle hasta 20 años de cárcel, anunció que sus hombres, que de desplegaron tanques y blindados en la ciudad de Rostov del Don, habían tomado el Estado Mayor, las instalaciones militares y el aeródromo.
El que también es conocido como el "chef de Putin" por sus negocios de restauración y cáterin forjados cuando Vladímir Putin llegó al poder, aseguró que sus hombres "bloquearán la ciudad de Rostov" y "avanzarán hacia Moscú" mientras "no tengan en su poder al jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Guerásimov, y al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, con quienes lleva meses enfrentados duramente.
Previamente, Prigozhin informó de que sus fuerzas derribaron un helicóptero del Ejército ruso y denunció que dos aeronaves de la Fuerza Aérea rusa, con los identificativos 523 y 546, "intentaban atacar" a la columna.
"Ahora mismo un helicóptero abrió fuego contra una columna de civiles, fue derribado por los efectivos de Wagner", afirmó en un audio publicado en su canal de Telegram.
Mientras hablaba, desde el Kremlin se instauró el régimen antiterrorista en la capital rusa, la región de Moscú, y la provincia de Vorónezh, vecina de Rostov y por donde los hombres de Wagner pueden dirigirse por carretera, ya cortada para el tráfico, hacia el centro de poder casi 600 kilómetros más al norte.
Mientras, el líder checheno, Ramzán Kadírov, anunció el envío de sus hombres a la "zona de tensiones", a fin de preservar la unidad de Rusia y defender el Estado".
El Ministerio de Defensa de Rusia prometió a los amotinados garantías de seguridad si volvían a sus cuarteles, pero su llamamiento ha sido en vano hasta ahora.
Prigozhin ni siquiera hizo caso a Serguéi Surovikin, comandante adjunto de las fuerzas rusas en Ucrania, el único mando militar que dice respetar y que servía hasta ahora como su enlace con el Ministerio de Defensa de Rusia, quien le instó a detener la sublevación.
¿Cómo está reaccionando Putin?
A Vladímir Putin no le quedó otra salida que dirigirse a la Nación en un discurso de diez minutos, a fin de calmar a la población y tratar de persuadir al jefe de Wagner a entregarse.
Además, prometió castigar la "traición" a Yevgueni Prigozhin, cuya rebelión contra el mando militar ruso significa una "amenaza mortal" y el riesgo de "guerra civil" para el país en pleno conflicto con Ucrania.
Con traje y corbata negros, semblante serio y tono marcial, el mandatario ruso se dirigió, sin nombrarlo explícitamente, al hombre que lo desafía, Yevgueni Prigozhin: "Es una puñalada por la espalda para nuestro país y nuestro pueblo", declaró durante un discurso dirigido a la Nación.
"A lo que nos enfrentamos es exactamente a una traición. Una traición provocada por la ambición desmesurada y los intereses personales" de Prigozhin, agregó Vladímir Putin, prometiendo un "castigo".
Además, Vladímir Putin, que trabaja este sábado en el Kremlin, informó a sus homólogos de Bielorrusia, Uzbekistán y Kazajistán, además de Turquía, de la rebelión armada del Grupo Wagner
"El presidente informó a sus interlocutores de la situación", señaló el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Wagner responde a Putin
El jefe del grupo de mercenarios Wagner respondió al presidente ruso, Vladímir Putin, que sus hombres no son traidores y no se entregarán a la autoridades.
"Sobre aquello de traición a la patria, el presidente se equivocó profundamente. Somos patriotas. Hemos combatido y combatimos (...) y nadie piensa entregarse por exigencia del presidente, del Servicio Federal de Seguridad (FSB) o quien sea", dijo Prigozhin en un nuevo audio publicado en su canal de Telegram.
Agregó que él y sus hombres no quieren que "el país siga viviendo sumido en la corrupción, la mentira y la burocracia".
Subrayó que cuando comenzó la campaña de Ucrania los Wagner fueron a combatir, "pero resultó que la munición, el armamento y todo el dinero destinados a ellos también los robaron".
"En cambio, los funcionarios ahorran en su beneficio, para el caso que se ha producido hoy, cuando alguien avanza hacia Moscú. Ahora no ahorran nada: atacan con aviones y helicópteros columnas pacíficas", denunció.
Wagner llega a región de Lípets
Las columnas del grupo de mercenarios Wagner, que iniciaron una rebelión armada contra la cúpula militar rusa, se encuentran ya en la región de Lípetsk, 340 kilómetros al sur de Moscú, informaron las autoridades locales.
"El equipamiento (bélico) del grupo Wagner avanza por el territorio de la región del Lipetsk", afirmó el gobernador local, Ígor Artamónov, en su canal de Telegram.
Según el gobernador, las autoridades locales "toman todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la población".
Añadió que las infraestructuras críticas de la región funcionan sin novedad.
"Desde la noche estamos junto al equipo y representantes de todas las instituciones en el puesto de mando operativo. En comunicación con todos los jefes regionales y servicios. Todos trabajan de un modo preciso y acoplado", dijo.
Recomendó encarecidamente a la población "no abandonar sus hogares y prescindir de viajes en cualquier medio de transporte".
Anuncia retiro a sus bases
Finalmente y horas después de lanzar su rebelión, el jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner, Yevgueni Prigozhin anunció que sus combatientes regresarán a sus bases tras acercarse a 200 kilómetros de Moscú, para evitar un derramamiento de sangre.
"Ha llegado el momento de que se puede derramar sangre. Por eso, comprendiendo toda la responsabilidad de que se derrame sangre rusa por una de las partes, nuestras columnas dan media vuelta y regresamos a nuestras bases de acuerdo al plan", afirmó en un mensaje de audio en su canal de Telegram.
¿Quiénes son los combatientes del grupo Wagner?
El grupo paramilitar Wagner, privado, ha estado involucrado en conflictos en Oriente Medio y en África, pero siempre ha negado su participación.
El año pasado, Prigozhin admitió que fundó el grupo reclutando soldados en prisiones rusas a cambio de una amnistía.
En el este de Ucrania, sus paramilitares han estado en primera línea.
Encabezaron el asalto a Bajmut, que se prolongó durante meses, y reivindicaron haber tomado esa ciudad para las tropas rusas, aunque la operación le costó muchas bajas al grupo.
¿Cómo afecta esto al conflicto?
Esta rebelión supone el desafío más grave al que se ha tenido que enfrentar Vladímir Putin durante su largo mandato, y la crisis de seguridad más importante para Rusia desde que llegó al poder, a finales de 1999.
Podría desviar la atención y los recursos en plena ofensiva en Ucrania, y coincide además con la contraofensiva anunciada por Kiev para recuperar territorios.
El ejército ucraniano indicó que está "observando" la lucha interna entre Prigozhin y Vladímir Putin.
Moscú, en tanto, advirtió que el ejército ucraniano estaba aprovechando la situación para reunir a sus tropas cerca de Bajmut de cara a una ofensiva.
La comunidad internacional desde EE.UU a la Unión Europea (UE) y la OTAN observan de cerca los acontecimientos, que Ucrania interpreta como un signo hacia el colapso del régimen de Vladímir Putin, y varios países han recomendado a sus ciudadanos que eviten viajar a Rusia y de ir al centro de Moscú, donde por ahora domina la tranquilidad entre los ciudadanos. (Con información de AFP y EFE)
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