La Unión Europea confía en que Estados Unidos logre convencer a países como Liberia, las Islas Marshall o Panamá para que también apliquen la medida.
Las nuevas sanciones que la Unión Europea ha acordado contra Moscú, que incluyen el compromiso de imponer un límite global al precio del petróleo ruso y más medidas restrictivas contra su industria militar, entraron este jueves en vigor.
Los países de la Unión Europea se han comprometido a fijar un precio al petróleo ruso y sus derivados, de tal manera que las navieras europeas solo podrán transportarlo desde Rusia a terceros países si se vende a un importe igual o inferior al establecido.
Este tope, no obstante, debe pactarse aun con el G7 y otros países para evitar que los barcos europeos pierdan cuota de mercado frente a sus competidores, una condición que han logrado Grecia, Chipre y Malta, con grandes empresas en este sector.
Según explicaron fuentes comunitarias, el tope al precio del petróleo que desarrolla el G7 no será una cantidad fija, sino un variable que sitúe el precio del crudo ruso por debajo del precio global de mercado, reduciendo así los ingresos que obtiene Rusia por la venta de combustibles fósiles y que utiliza para financiar la guerra contra Ucrania.
Se trata de una medida compleja, en la que además del precio hay que pactar aún distintos aspectos, por ejemplo en qué momento de la cadena de suministro se establecerá el tope o cómo evitar que barcos europeos logren esquivar el veto transportando el petróleo con una bandera de un país extracomunitario.
En este sentido, la UE confía en que Estados Unidos -el principal valedor de la propuesta- logre convencer a países como Liberia, las Islas Marshall o Panamá para que también apliquen la medida.
En el caso de que la UE, el G7 y otros países alcancen un consenso sobre el tope al precio del petróleo ruso, los Veintisiete deberán reunirse una vez más para estudiar los detalles de ese posible pacto, decidir la fecha en la que la medida entrará en vigor y aprobar ese tope por unanimidad.
Paralelamente, la UE vetará las importaciones por mar de crudo ruso a partir de diciembre y las de sus productos derivados, a partir de febrero, tal como los Veintisiete pactaron ya en un paquete de sanciones anterior.
Las nuevas medidas restrictivas prohíben también el comercio de productos tecnológicos que Rusia utiliza para su Ejército, tales como componentes electrónicos y semiconductores, esenciales para la munición, los vehículos y equipamiento militar y paramilitar que el Kremlin emplea en Ucrania.
Además, estará prohibido el intercambio de productos químicos que necesita el sector de la aviación, así como los que son necesarios para la fabricación de armas biológicas.
El paquete de sanciones incluye asimismo la prohibición de que los ciudadanos europeos formen parte de los consejos de administración de las empresas públicas rusas, una propuesta de Alemania para evitar casos como el del excanciller alemán Gerhard Schröder, obligado a abandonar sus puestos en varias compañías rusas, entre ellas Gazprom.
Además, la UE ha ampliado a 1.351 el número de personas y entidades rusas a las que se les han congelado sus bienes y activos en la UE y que tienen prohibido entrar en territorio comunitario.
Entre los nuevos individuos sancionados está el intelectual Alexandr Duguin, cuya hija fue asesinada en agosto en un atentado terrorista en Moscú y que es uno de los ideólogos del nuevo nacionalismo ruso en el que se inspira Vládimir Putin.
También están los dirigentes que el Kremlin ha impuesto en Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, las cuatro regiones que Rusia se anexionó el pasado viernes de forma ilegal, dado que este nuevo paquete se aprueba en represalia a esta medida y a la movilización parcial decretada por el presidente ruso.
Destaca también la compañía JSC Goznak, encargada, entre otras cosas, de imprimir los pasaportes que Moscú distribuye en estas regiones.
Sin embargo, los Veintisiete han acordado no sancionar a la empresa rusa Alrosa, una de las principales productoras de diamantes en el mundo.
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