La esposa del exespía, quien fue envenenado, demandó que se impongan "sanciones dirigidas y vetos de viaje sobre los individuos mencionados" en el informe judicial.
Marina Litvinenko, viuda del exespía ruso Alexander Litvinenko, envenenado en Londres en 2006, se mostró hoy "muy satisfecha" de que la Justicia británica haya implicado al presidente Vladímir Putin en la muerte de su marido.
"Estoy muy satisfecha de que las palabras que mi esposo pronunció en su lecho de muerte, cuando acusó a Putin, hayan sido probadas por un tribunal británico", declaró tras conocer el resultado de la investigación pública sobre el caso.
El juez Robert Owen, encargado de la pesquisa, concluyó hoy que el presidente Vladímir Putin "probablemente" aprobó el asesinato de Litvinenko, que murió envenenado el 23 de noviembre de 2006 después de tomar el té en un hotel londinense con sus excolegas del espionaje ruso Andréi Lugovói y Dmitri Kovtun. En su declaración a las puertas del Tribunal Superior de Londres, la viuda pidió al primer ministro británico, David Cameron, que se expulse del Reino Unido "a todos los agentes de inteligencia radicados en la embajada" rusa.
También demandó que se impongan "sanciones dirigidas y vetos de viaje sobre los individuos mencionados" en el informe judicial, "incluido el señor Putin".
Marina Litvinenko afirmó que anoche recibió una carta de la ministra del Interior, Theresa May -que leyó el informe de Owen antes de su publicación-, en la que le promete que "tomará medidas". Según la viuda, la misiva sugiere que Cameron no se interpondrá a las "conclusiones perjudiciales" emitidas por el juez Owen.
Alex Goldfarb, amigo de la familia y presidente de la Fundación Justicia para Litvinenko, calificó de "adecuadas y justas" las conclusiones de la investigación y reiteró que nadie en la jerarquía rusa podría haber actuado sin conocimiento de Putin.
Goldfarb pidió al Gobierno británico que obtenga una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que exija la extradición de los sospechosos y compensación para las víctimas.
La Policía británica acusa del crimen a Lugovói (actualmente diputado en la Duma rusa) y a Kovtun, pero ellos niegan su implicación y Rusia ha rechazado su extradición, en un caso que ha tensado las relaciones entre Londres y Moscú.
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