El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó como "ataque por la espalda" el derribo de un bombardero ruso.
Turquía ha lanzado a Rusia un "reto sin precedentes" al derribar un bombardero ruso SU-24 en la frontera turco-siria, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en una entrevista emitida hoy por la televisión rusa.
"El presidente (Vladímir Putin) se ha movilizado al máximo, al nivel que exigen las circunstancias. Las circunstancias no tienen precedentes. A Rusia se le ha lanzado un reto sin precedentes", agregó el portavoz.
La reacción de Rusia, que ha exigido disculpas, compensaciones y castigo a los culpables del derribo del avión, "se corresponde" con la magnitud del desafío, consideró Peskov.
El portavoz ruso subrayó que con el emplazamiento en Siria de sistemas de misiles antiaéreos S-400 los pilotos rusos que participan en las misiones de bombardeos en el país árabe estarán a salvo de nuevos ataques.
"Podemos constatar una cosa: los pilotos rusos están asegurados en caso de nuevos peligros. El correspondiente sistema antiaéreo ya ha sido instalado", dijo.
Peskov recalcó que el "ataque por la espalda" asestado por Turquía, como ha calificado Moscú el derribo del Su-24, ha causado un "daño difícil de reparar" a las relaciones bilaterales ruso-turcas.
"Putin dijo que nosotros veíamos a Turquía como un aliado. Todo eso fue destruido literalmente en un instante por un disparo de un F-16 turco", anotó.
EFE
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