Los yihadistas están atrincherados en la ciudad de Marawi, y usan a mujeres y niños de escudos humanos.
Al menos 174 personas han muerto en los combates que se desarrollan en Marawi, en el sur de Filipinas, entre grupos yihadistas afines al Estado Islámico (ISIS) y el Ejército.
El teniente coronel Jo-ar Herrera, portavoz de la 1ª División de Infantería, declaró a los medios que al menos 120 islamistas han sido abatidos mientras 25 efectivos gubernamentales han perdido la vida en acción.
El ministro de Defensa filipino, Delfin Lorenzana, confirmó esta mañana que al menos otros 10 soldados perecieron durante un ataque aéreo lanzado por el propio Ejército, lo que eleva a 35 el número de bajas gubernamentales.
Las cifras oficiales también contemplan las defunciones de 19 civiles, mientras que según declaraciones del portavoz del Comité de Gestión de Crisis de la provincia de Lanao del Sur, Zia Alonto Adiong, "el número de bajas civiles rondaría el centenar".
Usan a civiles. Entre 50 o 100 yihadistas del Grupo Maute, vinculado a ISIS, permanecen atrincherados en el centro de la ciudad y usan mujeres y niños como escudo humano para repeler el asedio de las fuerzas castrenses, indicó en rueda de prensa Restituto Padilla, portavoz del Ejército.
Los combates comenzaron el día 23 de mayo al fracasar una operación militar para capturar a Isnilon Hapilon, líder del grupo yihadista Abu Sayyaf, también vinculado a ISIS, y quien permanecía guarecido por miembros del Grupo Maute.
Los islamistas contraatacaron para tomar parcialmente la ciudad y prendieron fuego a una comisaría, un colegio, una cárcel y una iglesia, donde secuestraron a un cura y 13 feligreses que mantienen cautivos. (EFE)
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