La administración de Donald Trump evalúa ataques aéreos contra militares leales a Maduro, operaciones especiales para capturarlo o matarlo, y toma de campos petroleros, mientras busca base legal para evitar una autorización del Congreso, de acuerdo al diario neoyorquino.
El presidente Donald Trump no ha decidido aún si actuar militarmente en Venezuela, pero sus asesores impulsan opciones agresivas para derrocar a Nicolás Maduro, desde bombardeos selectivos hasta el control de yacimientos petroleros, según funcionarios estadounidenses citados por The New York Times (NYT).
Entre las propuestas en la mesa destacan tres enfoques principales. El primero contempla ataques aéreos precisos contra instalaciones militares vinculadas al narcotráfico, con el fin de erosionar el respaldo castrense a Maduro y forzar su huida o captura. Aunque, de acuerdo al diario estadounidense, críticos advierten que esto podría unir a los venezolanos en torno al líder.
Una segunda vía involucra el envío de fuerzas élite, como Delta Force o SEAL Team 6, para neutralizar (capturar o matar) directamente a Maduro. La administración argumentaría que, como supuesto jefe del "Cártel de los Soles" –designado narcoterrorista–, no goza de protecciones contra el asesinato de líderes extranjeros, como lo establece una ley estadounidense.
La tercera opción, más ambiciosa, prevé la ocupación de aeródromos y campos petroleros por unidades antiterroristas, priorizando drones y armamento de largo alcance para minimizar riesgos a tropas estadounidenses.
El portaaviones Gerald R. Ford, con 75 aviones y 5 000 marineros, llegará al Caribe a mediados de mes, sumándose a 10 000 efectivos ya desplegados, bombarderos B-52 y B-1, y helicópteros de élite del Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales 160.
El NYT apunta que una acción dentro de Venezuela implicaría un triple riesgo: militar, si la operación falla; legal, si el Congreso cuestiona la maniobra jurídica; político, si los votantes recuerdan la promesa de terminar “guerras interminables”.
La cautela de Donald Trump
Trump, sin embargo, avanza con cautela. La posibilidad de un fracaso humillante o de bajas estadounidenses lo frena, según sus asesores, que lo ven continuamente interesado en saber qué ganaría Estados Unidos.
Su mirada estaría fijada especialmente en el petróleo venezolano, las mayores reservas del mundo. Trump ya había rechazado en octubre último las concesiones que Maduro le ofreció —contratos preferenciales para empresas estadounidenses, desvío de exportaciones chinas, fin de acuerdos con rusos e iraníes— y, desde entonces, el despliegue militar se aceleró.
El Secretario de Estado, Marco Rubio y Stephen Miller, jefe de gabinete adjunto y asesor de seguridad nacional de Trump, insisten en forzar la renuncia del líder del régimen chavista, de acuerdo al NYT.
El mismo medio señala que el Departamento de Justicia viene afinando un dictamen que pintaría a Maduro como jefe narcoterrorista, equiparándolo a Soleimani y esquivando así la necesidad del aval del Congreso para actuar contra el régimen en Venezuela.
En público, Trump alterna señales: niega una guerra inminente, pero sentencia que “los días de Maduro están contados”. Por su parte, la Casa Blanca desmiente planes concretos —“solo atacaremos narcotraficantes”, dice su portavoz— mientras el Gerald R. Ford cruza el Atlántico.
Riesgos de la acción militar
El NYT apunta que una acción dentro de Venezuela implicaría un triple riesgo: militar, si la operación falla; legal, si el Congreso cuestiona la maniobra jurídica; político, si los votantes recuerdan la promesa de terminar “guerras interminables”.
Además, el diario neoyorquino observa que no existirían planes para el día después, en caso de una intervención exitosa en el país sudamericano, pues derrocar es una cosa y gobernar otra muy distinta.
"Si el Sr. Trump opta por ese camino, no hay garantía de que tenga éxito ni de que pueda garantizar que surja un nuevo gobierno más afín a Estados Unidos. Los asesores dicen que se ha dedicado mucha más planificación a atacar al gobierno de Maduro que a lo que se necesitaría para gobernar Venezuela si la operación tuviera éxito", apunta el medio.