El desaparecido cuarteto marcó el inicio de la presencia Sueca en Eurovisión y alcanzó la fama mundial tras la competencia.
Anni-Frid Lyngstad, Benny Andersson, Björn Ulvaeus y Agnetha Fältskog, conocidos también bajo el nombre de ABBA, ya habían conseguido el éxito en su natal Suecia para 1972 gracias al tema “People need love”, que los unió como grupo y les dio una dirección a seguir.
Sin embargo, fue en 1974 que su carrera realmente despegó, tras ser invitados a participar del Festival de la Canción de Eurovisión, que se desarrolló en Brighton (Reino Unido).
Ellos escogieron su canción “Waterloo” para la competencia –que en aquel entonces celebraba su edición número 29-, un curioso tema que recuerda la derrota de Napoleón Bonaparte y la compara con la pérdida de un amor.
Durante su presentación los cuatro miembros de ABBA vistieron atuendos llamativos diseñados por Inger Svvenke y el director de orquesta Sven-Olof Walldoff se disfrazó como Napoleón.
A pesar de que la interpretación vocal de los cuatro no fue buena, el número en sí rompió con varios estereotipos propios del festival. Al final de la votación la canción obtuvo veinticuatro puntos —seis más que la representante de Italia, Gigliola Cinquetti— dándole a ABBA un éxito de alcance mundial.
Así fue la primera victoria de Suecia en Eurovisión. Sus compatriotas Herreys (1984), Carola (1991) y Charlotte Nilsson (1999), quienes -paradójicamente- no alcanzaron la talla de los intérprete de “Dancing queen” y “Mamma Mía!”.
A ellos se les suma ahora Loreen, quien acaba de obtener el quinto premio para su país. Solo queda la pregunta, ¿repetirá también el éxito que tuvo ABBA o esto se quedará en solo un trofeo más para Suecia?
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