Bruce Springsteen se contagió de pasión hispana este sábado en Valladolid, en el penúltimo concierto en España, y conectó con el público hablando en castellano.
Bruce Springsteen se contagió de pasión hispana este sábado en Valladolid, en el penúltimo concierto en España, y conectó con el público hablando en castellano y versionando temas como "La Bamba".
Si en su primer concierto español en Bilbao comenzó cantando con "De Santurce a Bilbao", en el segundo de Sevilla al ritmo de "Sevilla tiene un color especial" y en la alicantina Benidorm tocando "Los Pajaritos", en Valladolid el "Boss" se marcó un pasodoble para ganarse a los más de 30.000 espectadores que llenaban el estadio José Zorrilla.
El castizo inicio ayudó a que los más de 30.000 espectadores se animasen con canciones como "Badlands" y "No surrender", con la voz rasgada y contundente del "Boss" y con la sofisticada presencia de su banda, The E Street Band.
Springsteen se entregó y los acordes de "Night" sirvieron de preludio a uno de los momentos especiales de la velada. Con "Hungry heart" el "Boss" se regocijó en la empatía latente con un público que cantó más de media canción a coro.
El cantante y compositor norteamericano demostró una gran impetuosidad sobre el escenario, que alternó con la dureza propia del rock más estridente, y dos temas de su último disco, "Working on a dream", que presenta en la gira.
"Muchas gracias Valladolid. Qué bueno estar aquí. Esta noche lo vamos a romper todo con música, espíritu y ruido. Nosotros ponemos la música, vosotros ponéis mucho ruido", comentó el "Boss" en castellano.
El público blandiendo carteles le pedía canciones específicas, que llegaron tras un baño de masas en un par de vueltas a lo ancho del escenario, con "Raise your hand" y una versión particular de "Great balls of fire" de Jerry Lee Lewis.
Con "Waitin" on a sunny day" llegó a dejar el micrófono a un niño para que tarareara su estribillo.
El concierto vallisoletano del "Boss", que duró más de tres horas, concluyó con "Dancing in the dark" y al ritmo del "Twist and shout" que popularizaron The Beatles.
EFE
Si en su primer concierto español en Bilbao comenzó cantando con "De Santurce a Bilbao", en el segundo de Sevilla al ritmo de "Sevilla tiene un color especial" y en la alicantina Benidorm tocando "Los Pajaritos", en Valladolid el "Boss" se marcó un pasodoble para ganarse a los más de 30.000 espectadores que llenaban el estadio José Zorrilla.
El castizo inicio ayudó a que los más de 30.000 espectadores se animasen con canciones como "Badlands" y "No surrender", con la voz rasgada y contundente del "Boss" y con la sofisticada presencia de su banda, The E Street Band.
Springsteen se entregó y los acordes de "Night" sirvieron de preludio a uno de los momentos especiales de la velada. Con "Hungry heart" el "Boss" se regocijó en la empatía latente con un público que cantó más de media canción a coro.
El cantante y compositor norteamericano demostró una gran impetuosidad sobre el escenario, que alternó con la dureza propia del rock más estridente, y dos temas de su último disco, "Working on a dream", que presenta en la gira.
"Muchas gracias Valladolid. Qué bueno estar aquí. Esta noche lo vamos a romper todo con música, espíritu y ruido. Nosotros ponemos la música, vosotros ponéis mucho ruido", comentó el "Boss" en castellano.
El público blandiendo carteles le pedía canciones específicas, que llegaron tras un baño de masas en un par de vueltas a lo ancho del escenario, con "Raise your hand" y una versión particular de "Great balls of fire" de Jerry Lee Lewis.
Con "Waitin" on a sunny day" llegó a dejar el micrófono a un niño para que tarareara su estribillo.
El concierto vallisoletano del "Boss", que duró más de tres horas, concluyó con "Dancing in the dark" y al ritmo del "Twist and shout" que popularizaron The Beatles.
EFE
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