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Grupo Rata Blanca se vio obligado a terminar su concierto antes

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"Nos mandaron a decir que en veinte minutos cortan la luz", dijo el guitarrista de la banda al público. Los argentinos ofrecieron al final hora y media de show.

La fiesta no fue completa. El grupo argentino de heavy metal Rata Blanca tuvo que terminar antes de tiempo su presentación en Lima. Todo parece indicar que el local solo tenía autorización para funcionar hasta las 3 de la mañana.

“Nos mandaron a decir que en veinte minutos cortan la luz”, dijo Walter Giardino guitarrista de la banda al público. El grupo había comenzado a tocar a la 01:50 por lo que (cuando el reloj marcaba las 03:20 de la mañana) se despidieron para no volver más. Los fans esperaron unos minutos pero personal de seguridad los fue retirando.

Fue exactamente hora y media de potente show. Se había anunciado que el festival se iniciaría a las 6 de la tarde. Sin embargo, el evento comenzó pasadas las nueve de la noche. 

Los primeros en aparecer sobre el escenario del Embarcadero 41 fueron los peruanos de “Área 7”, el grupo liderado por las hermanas Foronda calentó el ambiente con su potente propuesta de metal alternativo.

Las otras dos bandas peruanas presentes en esta primera edición del Acustirock Argentina fueron “Carlos Compson" y ”Stereonoiz". Su potente mezcla de indie rock y atmósferas etéreas, fue del agrado del público que comenzaba a llenar el recinto.

Pasadas las 11:45 de la noche hizo su aparición la banda argentina Catupecu Machu, que sorprendió gratamente a los asistentes por su propuesta fusionada con elementos de la música pop, el hard rock y la experimentación sonora. Esto sin dejar de lado el carisma de su vocalista Fernando Ruiz Diaz.

“Nosotros venimos a compartir, no a conquistar” dijo Fernando, al explicar por qué no habían venido antes a nuestro país. “Perdónennos por no haber venido antes”, suplicó, a lo cual el público respondió con palmas y gritos en señal de aprobación.

Con casi 20 años de trayectoria los Catupecu tenían un muy buen repertorio. Así empezaron a desfilar los temas: “Óxido en el aire”, “El mezcal y la cobra”, “Confusión” y “Eso espero”.

También muy potentes las canciones “Metrópolis nueva” y “Origen extremo”. Aquí tenemos que señalar que el sonido estuvo bastante bien. La voz, guitarras, bajo y batería impecables.  Sin duda una banda con oficio.

Para la recta final de su corta presentación: las muy buenas canciones “Magia veneno” y “A veces vuelvo”. Temas bastante conocidos de la agrupación, fueron coreados a voz en cuello por los músicos y la mayoría de los asistentes.

Con frases como “Quiero verlos a 80 centímetros del piso” o “Suelten el piso que no se pierde”, el líder de la banda animaba en todo momento a un público que, la verdad, no era constante en su reacción.

Las influencias aparecieron con “Hechizo”, un cover de Héroes del Silencio y “Blitzkrieg Bop” de Los Ramones. Otro momento memorable y de homenaje a grandes bandas de la historia del rock.

Con “Dale”, los pogos comenzaron a surgir por todos lados. Las frecuentes paradas de la canción y los beneficios de una canción hecha para interactuar con el público en un concierto dieron resultado. El Embarcadero finalmente reventó.

“Y lo que quiero es…” fue el último tema del grupo que promete volver por nuestras tierras. “Viva Rata Blanca, viva Catupecu, Viva el Perú”, finalizó Fernando. En total una hora y veinte de show y catorce canciones.

Una y cinco de la mañana concluyó la participación de Catupecu, el escenario se oscureció y se convirtió en un taller donde instalaban amplificadores, retiraban equipos y demás.

No fue sino hasta la una y cincuenta de la mañana que el sonido de un helicóptero daba inicio a la presentación de fondo.

Las pruebas de sonido anunciaban la potencia del show. El sonido de la batería y el bajo hacían retumbar el lugar, pero no solo eso, también estómagos, gargantas y oídos.

Desde muy temprano y todo el tiempo la gente pedía a Rata Blanca en el escenario. La agrupación tiene muchos seguidores en Perú, no es la primera vez que pisan nuestro país. Muchas veces escuché “Mujer amante” cuando caminaba por algún barrio de Lima.

Eran chicos que aprendían a tocar guitarra entre patas, una balada power con buena letra que atrae y que nunca se olvida.

Los pesados riffs de guitarra del heavy metal y las bases melódicas de Rata Blanca son su sello personal, un estilo que los hace reconocibles. Además la voz de Adrián Barilari, se esperaba con emoción por los asistentes.

Se trataba de un repaso por 25 años de carrera, una entrega de sus mejores canciones. Verdaderos himnos que llenan de energía a la fanaticada. Por ello la gran expectativa.

El primer tema del show: “Diario de una sombra” se dejaba escuchar mientras aparecía en escena el pequeño Adrián. Vestido de negro y algo agripado pudo estar a la altura de la siempre exigente rutina vocal que impone el heavy metal.  

Las canciones caían como verdaderos bloques de piedra sobre las cabezas, tremendos golpes que parecían los embates de un tren o un toro. Un estremecimiento que los amantes del metal agradecen sin problema.

Así, pasaron los temas “71-06 (endorfina)”, “Solo para amarte” y “Volviendo a casa”. Temas emblemáticos de la banda, coreados y festejados por todos los asistentes. Todos los presentes estaban ahí por Rata Blanca, por ello se sabían las letras.

“Aún estás en mis sueños”, “La misma mujer”, “Nada es fácil sin tu amor”, y la rápida “El beso de la bruja”, hicieron delirar a los fanáticos.

“El circulo del fuego”, “El amo de camino” y “Abrazando el rock and roll”, causaron también alegría. Canciones con mucha energía y capaces de levantar al más indiferente, sin duda un muy buen concierto, muchos han visto a Rata Blanca muchas veces y no les falta razón.

El último tema de la noche “Chico callejero”, una rápida despedida y luego, lo que les contamos arriba. Rata Blanca tocó al final 16 canciones, “Mujer amante” brilló por su ausencia.

En conclusión, fueron más de ocho horas de buena música, dos bandas importantes del rock argentino en un Acustirock muy especial. Un variado panorama del heavy metal, el hard rock, el pop y la experimentación.

Se presentaron canciones que funcionan y que la gente comenzará a escuchar (en el caso de Catupecu). Para Rata Blanca en cambio, esta presentación fue la oportunidad de volver a encontrarse con sus siempre buenos y fieles seguidores.

Escribe Galo Castillo

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