La banda norteamericana ofreció cerca de dos horas de show con lo mejor de su repertorio en el Parque de la Exposición.
Hace ya varios años (en los dos miles) que escuché la música de Incubus y de inmediato me atrajo la voz versátil de Brandon Boyd, la batería acrobática de José Pasillas, la guitarra afilada y melódica de Mike Einziger y los pinchazos de disco de Chris Kilmore.
En bajo y guitarra el sonido se movía entre el heavy metal, el funk y el hard rock. Los contratiempos en batería y la atmósfera creada por los teclados y la sección electrónica hacían de sus temas bastante reconocibles. Originales, elegantes, fuertes, suaves, todo en una canción.
Por ello, ese sonido registrado en sus discos tenía que ser verdad en vivo. De ahí que todos los seguidores que fueron apareciendo con el paso de los años tengan el impulso de irlos a ver ese lejano día que llegó y que hoy ya es historia.
Incubus estuvo en Lima y dejó en los oídos de todos sus fanáticos, un ejercicio de entrega, virtuosismo y un registro muy rico de sonidos. Por ello los momentos vividos se pueden dividir en momentos fuertes y suaves, momentos de silencio y explosión, momentos de grito y susurro, todo en una sola noche.
Cada canción de la banda es una puerta que abre otras puertas. La sensación de perderse con su música y escapar por un momento es inevitable.
Las cerca de 7 mil personas que se encontraban en el recinto separado en el Parque de la Exposición lo sabían. Por ello, cuando a cinco minutos de las 9:30pm apareció un reloj en cuenta regresiva, el público ya sabía que el viaje estaba a punto de comenzar.
Y así fue, a medida que aparecía la banda y sonada de fondo el tema de la película “Cara cortada”, los gritos y los aplausos de la gente demostraron el aprecio del público peruano por los californianos.
De inmediato y con todos los músicos en su lugar comenzaron a sonar los primeros temas de la noche: “Quicksand” y “A Kiss to Send Us Off”.
El primer momento explosivo llegó rápido con “Megalomaniac” y ahí mismo, la súper conocida “Nice to Know You”. La gente saltaba y gritaba sin parar, muchos amigos se miraban como diciéndose “mira lo que estamos cantando”. Era verdad, estaban cantando junto a Incubus.
Luego llegaron las suaves “Adolescents”, y “Made for TV Movie”, al final de la canción un fragmento de "Hello" de Lionel Richie para cerrar el momento.
Una invitación al coro de estadio, al salto y la locura con “Circles”, la calma con “Love Hurts” y de nuevo la alegría con “Anna Molly”. De repente los escalofríos, el estremecimiento, eso hace la música de Incubus.
Del público alguien le entregó a Brandon una bandera peruana, él la sostiene con la mano izquierda; no la extiende, pero no la suelta. Otra vez las revoluciones bajan un poco con “In the Company of Wolves”, pero aparece la sincopada “The Warmth”.
“Gracias Lima, ¿la están pasando bien?”, dice Brandon mientras observa a sus compañeros y de inmediato comienza a sonar una de las más apreciadas por los fanáticos: “Drive”, sin duda una de las más coreadas.
Volvemos a correr y a escapar con “Have you ever”, y la gente salta aún más alto con la heavy funk “Privilege”, se pueden apreciar algunos pogos con gente entrando al remolino muy contenta. Aún sin terminar la canción aparece una parte de “Are you in?” y para cerrar un poquito de “Riders on the Storm” de Los Doors.
Con “Dig” la gente enloqueció, un momento muy emotivo. Otra vez un momento bastante heavy con “A Certain Shade of Green”, la gente no paraba de saltar y no había freno pues siguieron “Pardon me”, “Wish You Were Here” y “Sick Sad Little World”. “Muchas gracias los amamos”, decía Brandon entre palmas, gritos y saltos del público.
Hicieron una pausa de unos minutos, pero volvieron para cerrar la presentación con “If Not Now, When?” y “A Crow Left of the Murder”. Un fragmento de "I Want You (She"s So heavy)” de los Beatles dejó saldada una deuda que los fanáticos nunca olvidarán.
Escribe Galo Castillo.
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