El grupo inglés compartió escenario con Illya Kuryaki and The Valderramas y Los Amigos Invisibles en el concierto Color Night Lights, realizado el miércoles.
Una gran fiesta dedicada al funk era lo que prometía la producción del concierto Color Night Lights y lo cumplió, con un cartel protagonizado por Jamiroquai, Illya Kuryaki and The Valderramas y Los Amigos Invisibles, todos juntos por primera vez en el estadio Nacional.
Aunque los ánimos estaban repartidos entre la banda inglesa y el dúo argentino, Los Amigos Invisibles demostraron en escena que Venezuela también puede sacudir al respetable, con lo mejor de su propuesta experimental.
El show, realizado el último miércoles, inició a las 7 de la noche con el DJ Boogie Mike ante un auditorio medio vacío pero con muchas ganas de dejarse perder con la música. Ya desde esa hora se podían divisar algunos sombreros extravagantes, al mismo estilo de Jay Kay y unos chullos que nos recordaban el estilo fresco de Illya Kuryaki en los años 90.
Al llegar las 8 p.m., fue el turno de Los Amigos Invisibles. Las luces del escenario se apagaron para dar inicio a una descarga electrizante de energía, que dio pie a canciones como “Amor”, “Sexy”, “Mentiras”, “Ultra funk” y “Ponerte en cuatro”.
=> AQUÍ LAS IMÁGENES DEL CONCIERTO COLOR NIGHT LIGHTS
=> AQUÍ LA ENTREVISTA A ILLYA KURYAKI AND THE VALDERRAMAS
Con la adrenalina al máximo, el público recibió, cerca de las 9:30 p.m., a Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur, o simplemente Illya Kuryaki and the Valderramas, quienes regresaron a Lima luego de una separación de diez años.
Completamente vestidos de negro, el dúo argentino inició su participación con los temas “Chaco”, “Ula Ula” y “Yaguar house”. Más adelante, recordaron “Jennifer”, “Coolo” y “Abarajame” y dedicaron unos minutos a la memoria de Luis Alberto Spinetta, con la canción que Dante le dedica a su desaparecido padre, “Águila Amarilla” del disco “Chance”.
Al llegar las 11:30 p.m., era el momento del número principal. Jay Kay y el resto de Jamiroquai salieron a escena y de inmediato ofrecieron un viaje sonoro que nos llevó por el jazz, la samba, el rock y la electrónica.
El cantante inglés, fiel a su estilo lejos de lo común, apareció con un sombrero verde con detalles indígenas, un saco tejido con franjas de colores y unas zapatillas fosforescentes.
Eso sí, no tuvo mayor interacción con el público. Solo dijo: “Muchas gracias”, en un perfecto español. Tal vez por los constantes problemas con el sonido que le impedía bajar la guardia.
Sin embargo, su voz no se vio afectada en lo absoluto. A pesar del paso del tiempo, Jay Kay cantó como en sus mejores épocas. El repertorio incluyó los temas “Twenty zero one”, “Alright”, “Use the force” y “High times”, entre otros. Rápidamente, el estadio se convirtió en una enorme discoteca.
La segunda parte de esta presentación tuvo al líder de Jamiroquai de regreso, con la casaca de la Selección Peruana de Fútbol, que ya había lucido antes en el video de su canción “Seven days in sunny june”. La música continuó con “Space cowboy”, “Main vein”, “Cosmic girl”, “Travelling without moving”, “Love foolosophy” y “Deeper underground”.
Para la parte final del concierto, ya a la 1:10 a.m., el grupo inglés guardó “White knuckle ride”, que llegó la fiesta a otro nivel. Y aunque ellos no prometieron regresar, el público se despidió satisfecho, tras escucharlos al menos una vez en vivo en Lima.
Por Renzo Napa Díaz
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