El regreso de U2 al Estadio Azteca estuvo marcado no por un récord de espectadores, como se esperaba, sino por el apoyo que expresó la banda irlandesa a México contra la violencia.
"Si nos lo permiten, queremos dedicar esta última canción a todos los que han perdido a sus seres querido por la violencia en este país", proclamó respetuoso Bono antes de cerrar el primero de los tres conciertos que ofrecen en la capital dentro de su 360° Tour.
Ante 93.100 personas -su máximo está en 96.000- el vocalista afirmó que el problema no es únicamente del país, sino de todo el mundo. "Y México necesita saber que no está sólo, que el resto del mundo está con ellos", afirmó, despertando aplausos.
En los cinco años que U2 ha estado ausente de los escenarios mexicanos se han acumulado casi 40.000 muertes causadas por el crimen organizado, producto de la guerra entre los cárteles del narcotráfico.
Como homenaje a las víctimas inocentes y al dolor que transpiran las calles, la banda cerró con "Moment of surrender", cuya letra es la reflexión de un adicto que ha logrado abandonar las drogas. "Nada podrá quebrar la generosidad y la espiritualidad de México", declaró Bono.
Poco antes, había animado a los asistentes a unirse a Amnistía Internacional y defender la voz de la birmana Aung San Suu Kyi, Nobel de la Paz, para quien entonaron la añeja "Rejoice".
La expectación creada por el retorno de la banda congregó desde el lunes a cientos de fans en torno a los hoteles donde se hospedaban los cuatro artistas. Además, casi un millar acamparon varios días junto al estadio para estar cerca de sus ídolos cuando se abrieran las puertas.
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