El baterista de Garbage y productor musical del género alternativo de los años noventa comenta sobre la nueva reedición de su disco "Versión 2.0". De él se despren los clásicos "Push It" y "I Think I'm Paranoid".
Luego de 20 años del lanzamiento oficial de “Versión 2.0”, la noventera banda Garbage lo ha reeditado para colocar de nuevo en la escena musical el ritmo de la soledad y la incomprensión.
"Creo que son temas que no desaparecen. Todas las personas tienen algo de oscuridad. De hecho, si eres la persona más feliz del mundo probablemente estés seriamente jodido y escondas algo como que eres un asesino o un psicópata", declara mientras ríe su baterista Butch Vig.
No es coincidencia que Garbage haya reeditado Versión 2.0.El grupo le tiene especial cariño ya que debido a los éxitos de “Push It” y “I Think I’m Paranoid” fue uno de los álbumes más populares del grupo conformado por Shirley Manson, Steve Marker, Duke Erikson y Butch Vig.
El disco reeditado tiene características particulares: una cara B, una nueva remasterización, y la perfecta excusa para una gira hacia Norteamérica y Europa en setiembre del 2018.
"Supongo que depende de los fans decidirlo (si 'Version 2.0.' es el mejor trabajo de Garbage), pero sí creo que, en cierto modo, define lo que somos. Tomamos lo que aprendimos en nuestro primer disco ('Garbage', 1995) y lo destilamos en una producción más grande, como en una pantalla panorámica en tres dimensiones", apunta Butch Vig.
EL REGRESO DEL ECLECTICISMO MUSICAL
Butch Vig no solo es baterista de Garbage, sino el productor musical de toda una generación musical de los noventas como el sonido alternativo de “Dirty" (1992) de Sonic Youth, "Siamese Dream" (1993) de The Smashing Pumpkins o una obra maestra como "Nevermind" (1991) de Nirvana.
"Ritmos de hip hop, música electrónica, guitarras enmarañadas y melodías pop", es como describe Vig al estilo que llevó al éxito a Garbage.
"Siempre me ha gustado la idea de una yuxtaposición que pueda ser cualquier cosa: una letra oscura con una brillante melodía pop o lo contrario; una base de hip hop con un teclado electrónico encima o guitarras punk sobre una exuberante sección de cuerdas", agregó Butch Vig.
Entre las anécdotas que recuerda el baterista de Garbage sobre la época en que produjo la música que dominó el panorama alternativo de finales del siglo XX fue la producción de “Nevermind” de Nirvana.
"Cuando terminamos y entregamos el disco a Geffen Records empecé a recibir llamadas de gente que ni siquiera conocía diciéndome: 'Butch, dios mío, tienes una obra maestra en tus manos' (...). Empezaba a sentir el entusiasmo alrededor del disco, pero ninguno de nosotros, incluida la banda, teníamos idea de que iba a explotar así", dijo.
EFE
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