China, una de las economías del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), comparte una historia de larga data con el Perú. Este año se cumplen 175 años de la llegada de los primeros inmigrantes chinos, quienes hoy conforman una de las comunidades extranjeras más influyentes en el país. A través de su integración, esta comunidad ha aportado significativamente a la cultura y sociedad peruanas.
La masiva asistencia al pasacalle por el Año Nuevo Chino que se realiza en la calle Capón del centro de Lima es un ejemplo de la integración e importancia que tiene para nuestro país la comunidad china, que desde 1849 comenzó una inmigración sostenida, aunque su presencia está registrada desde la época virreinal.
El 15 de octubre de 1849, el barco danés Frederick Wilhem arribó al puerto del Callao con los primeros 75 trabajadores chinos, conocidos como "culíes". Tras un viaje de cuatro meses, estos inmigrantes fueron contratados para cubrir la demanda de mano de obra en el sector agrícola. Muchos enfrentaron condiciones laborales abusivas, trabajando hasta 17 horas diarias, sin descanso semanal, y siendo sometidos a castigos físicos en diversas haciendas.
Los inmigrantes chinos también laboraron en las islas guaneras y en la construcción del Ferrocarril Central. Al fallecer, los primeros migrantes chinos, considerados paganos por no ser católicos, no fueron enterrados en cementerios o iglesias, sino en las huacas. Sus restos terminaban junto a su ropa, utensilios y contratos de trabajo.
En 2018, excavaciones para la instalación de redes de gas en Carabayllo revelaron tres cuerpos de inmigrantes chinos, ahora ubicados en el Santuario de los Inmigrantes Chinos, en Villa Tusan, distrito de Ate. Este monumento fue erigido como homenaje a la comunidad china en el Perú, informó Silvio Mac Long, presidente del Centro Cultural Peruano Chino.
"Están enterrados en unas pequeñas urnas ahora debido a los años que han pasado. Esto fue hace 6 años que se logró rescatar y hace seis años que hicimos este santuario como un homenaje a todos nuestros descendientes y a todos los migrantes chinos que llegaron en esa época", explicó.
Tras cumplir los contratos forzosos de aproximadamente ocho años, los primeros inmigrantes chinos se establecieron en diversas ciudades del Perú. En Lima, se concentraron en la actual calle Capón, creando uno de los primeros barrios chinos del continente.
Conforme la capital crecía, la comunidad china se expandió a otros distritos, donde abrieron pequeñas bodegas de abarrotes. Con el tiempo, diversificaron sus actividades económicas, contribuyendo al desarrollo local.
La inmigración china continúa hoy en día. Emy Su llegó hace 11 años al Perú y dirige una tienda de productos importados desde su país natal en la calle Paruro del Cercado de Lima. Él desea que los vínculos entre ambos países jamás desaparezcan, porque ambas poblaciones se benefician.
"Más trabajo, la gente también tiene más trabajos, ya todo tranquilo puedes disfrutar, la gente está más contenta", contó.
Riqueza gastronómica
China y Perú comparten una profunda conexión gastronómica, y el chifa es el mejor ejemplo de la fusión de ingredientes, sabores y técnicas culinarias de ambas culturas. Ingredientes como el kion, la cebolla china, el sillao, el aceite de ajonjolí y la salsa de soja, que los inmigrantes chinos incorporaron en sus platos, hoy son fundamentales en la cocina peruana.
Luis Yong, fundador del chifa San Joy Lao en la calle Capón, explicó que en cualquier chifa no pueden faltar tres platos icónicos: la sopa wantán, los tallarines saltados y el arroz chaufa. Señaló que dichos manjares representan la esencia de la cocina china, enriquecida por la mezcla de sabores con ingredientes peruanos.
"El choclaufa, arroz chaufa con choclo, otro año en cha cha, el chaufa de charqui, chanchito con charqui", indicó.
Yong agregó que también los pescados y mariscos peruanos, preparados con salsa tausí o salsa tamarindo, han enriquecido y hecho única la sazón oriental en Perú.
"Esas son las pequeñas diferencias y riquezas realmente de la comida china peruana, donde nos hemos ganado el respeto de los grandes cocineros chinos. ¡Qué buena comida china se hace en el Perú!", enfatizó.
Los descendientes peruanos de ciudadanos chinos son conocidos como "tusán", término derivado del cantonés que significa "nacido y criado en esta localidad". Han transcurrido 175 años desde la llegada de los primeros 75 inmigrantes chinos, y las generaciones posteriores han prosperado, diversificándose, integrándose y enriqueciendo la sociedad peruana con su legado cultural y empresarial.
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