Las coplas se suele escuchar en la Plaza Mayor de Cajamarca, donde se concentran miles de jóvenes, en época de carnaval.
Quién no ha escuchado de las coplas del carnaval cajamarquino, quién no ha gozado, bailado o cantado, con los cuartetos rimados, inspirados en el amor, decepción, dedicado a las tan queridas suegras, y no se salvan los políticos de turno.
En esta época, las tradicionales coplas se suele escuchar en la Plaza Mayor de Cajamarca, donde se concentran miles de jóvenes: sin embargo, hace algunos años atrás, este cuadro no se lo veía, pues a los grupos de carnavaleros se los podía encontrar visitando la casa de los familiares, amigos y compadres.
El tradicionalista Juan Juave Huangal nos cuenta, que los carnavaleros al momento de llegar a la casa donde van a cantar y bailar, afinan las gargantas y entonan "Aquí estoy porque he venido, porque he venido aquí estoy, si me muestran mala cara, cómo he venido me voy"; y la siguiente copla es "Despierta Bella dormida, atiende a tus carnavales, que después te dormirás".
Unos 15 días antes del carnaval, se preparaba la chicha de jora, para recibir a los visitantes, pero no solo el licor, sino también se preparaba los sabrosos chicharrones, o los carneros lucían colgados a la espera de ser preparados, de tal manera que la comilona estaba asegurada.
Pero el platillo estrella de esta fiesta es el sancochado, el cual consiste en sancochar el repollo junto a la carne de carnero, tocino y res, el cual se lo sirve en dos platos, en uno el repollo solo y en el otro las carnes con el caldo, y todo esto es como para “chuparse los dedos”.
Sin embargo, con nostalgia nos relata que estas costumbres poco a poco se van perdiendo con el transcurso del tiempo, dado que hoy pocas personas practican el rito de cantar de casa en casa, pero los que aún todavía realizan esta práctica, lo hacen con una alegría contagiante.
Respecto de la afinación de la guitarra, el tradicionalista nos cuenta que se la afina de tal manera que la puede tocar cualquier persona que desconoce de acordes musicales, pues la afinación carnavalera permite que con el solo hecho de rasguear, la persona que la toca, parezca todo un diestro para acompañar las tradicionales y jocosas coplas.
Todos reconocen que la fiesta del carnaval cajamarquino es el más alegre del país, y los visitantes cuando retornan a su lugar de origen, lo hacen con la promesa de volver el próximo año, pues la sana diversión está asegurada, dado que ya aprendieron algunas coplas, cantando de casa en casa.
El carnaval de Cajamarca se ha ido, y ahora solo queda esperar el próximo año para volver a disfrutar tres días, llenos de alegría color, diversión y música, por ello los carnavaleros se despiden cantando “No te vayas carnaval, quédate otro año más, si por capricho te vas, yo te sigo por tu tras”.
Por: Luis Asencio
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