Armando Chil

El 1 de noviembre, como es tradición, miles de cajamarquinos desde muy temprano acudieron al cementerio general de Cajamarca para velar a sus seres queridos.

Cientos de cajamarquinos y visitantes aprovecharon la ocasión para acudir a la tumba de Udilberto Vásquez, personaje recordado por la acción de dar su vida por salvar a su hermano del fusilamiento, presuntamente, por violar a una menor.

Ahora los cajamarquinos lo consideran como un santo y milagroso. Las velas, flores y dinero son dejados por los visitantes que llegan hasta su tumba para pedir su bendición.

En tanto, los cajamarquinos recordaron a sus seres queridos con las cosas o productos que en vida les gustaba. En el exterior de un nicho se encontró, junto a las velas, una caja de cerveza.

Los visitantes que no tienen algún ser querido en el cementerio de Cajamarca de igual forma velaron a la cruz principal del cementerio como un acto de recordar a sus seres queridos sepultados en otro lugar.

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