El caldo verde en la culinaria cajamarquina es un delicioso platillo, preferido por propios y visitantes.
Cuando llegue a Cajamarca, usted amigo visitante va a escuchar hablar del caldo verde, el cual no lo puede dejar de probar. Su color verde proviene de las diferentes hierbas aromáticas, nutritivas y hasta medicinales que se usan para su elaboración.
Según nos cuentan los especialistas, este es un caldo preferido en hora de la mañana como para empezar bien el día, y sabe mejor si se lo acompaña con un pan de agua (hecho sin manteca) y su ají recién molido en batán.
El caldo verde se ha convertido en un plato típico muy solicitado por su gran valor nutricional, pero a este platillo se le da un valor agregado, debido que Cajamarca es una zona rica en producción láctea, y a este platillo también se le agrega quesillo, todo un deleite para el paladar.
Lo más curioso de este potaje es la intensidad del sabor, debido a que el verde (pasta de hierbas molidas) se lo sirve a parte y el comensal de acuerdo a su gusto va colocándolo en su plato.
Generalmente el verde se lo suele obtener luego de la molienda de hierbas en un batan con su respectivo chungo, costumbre que aún se mantiene en la zona rural, pero en la ciudad con la llegada de la tecnología se prefiere usar una licuadora, así se evitan el esfuerzo; sin embargo, el sabor de un verde molido en batán es diferente, quienes lo saborean dicen que es exquisito.
Los cajamarquinos de experiencia indican que este caldo se debe dar de tomar a aquellos niños que tienen problemas con estómago, pues refieren que los parásitos son expulsados del cuerpo de los menores.
¿Cómo prepararlo?
La preparación del cado verde es muy fácil. Primero se coloca un poco de ajo con aceite, sal al gusto y se adereza en la olla. cuando está a punto se coloca el agua junto a la papa pelada y picada, y luego se lo deja hervir hasta que la papa esté cocinada.
Para enriquecer este platillo se coloca huevo, pero no se lo hace de cualquier forma, sino se rompe un extremo de la cáscara y se deja caer como un hilo, con un movimiento ondulado, como en Cajamarca se lo llama: “huevo chicoteado”.
Se deja cocinar por unos breves minutos más, luego se pasa a servir al gusto de cada persona.
Por: Luis Asencio
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