En vísperas, el candidato presidencial de Perú Libre, Pedro Castillo, dijo que, de ser elegido jefe del Estado, desactivaría el Tribunal Constitucional "en el acto", porque, a su juicio, "hoy en día sirve para defender la macro y la gran corrupción".
Carlos Ramos, magistrado del Tribunal Constitucional (TC), afirmó que desactivar dicho organismo autónomo, tal como ha planteado el candidato presidencial de Perú Libre, Pedro Castillo, "sería una decisión desacertada y muy peligrosa".
En vísperas, el postulante dijo en RPP que, de ser elegido jefe del Estado, desactivaría el Tribunal Constitucional "en el acto", porque, a su juicio, "hoy en día sirve para defender la macro y la gran corrupción".
En una entrevista con el programa Nada está dicho, Carlos Ramos explicó que es posible otro tipo de representación en el TC, el cual podría llevarse a cabo a través de una reforma constitucional. "De pronto un representante de los pueblos indígenas podría integrarse al Tribunal Constitucional", manifestó.
"RESPETAR LAS DECISIONES JUDICIALES"
Sin embargo, consideró que Castillo Terrones se habría inspirado en la experiencia en Bolivia, país en que, si bien los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional son elegidos en elecciones democráticas, "terminó comprometido extremadamente" con el gobierno de Evo Morales, "al punto que lo habilitó indefinidamente" para participar en comicios generales.
"Puede ser viable [la forma de elección de los magistrados] desde el punto de la vista de reforma constitucional, pero la pregunta es si eso es oportuno y prudente. A la fecha en lo que va de existencia, el Tribunal Constitucional ha sido un agente estatal, de mediación ante la ausencia de un Senado y de partidos políticos sólidos. El TC, en gran medida en la mayor parte de los casos, ha dado una respuesta adecuada", dijo Carlos Ramos.
El magistrado agregó que "hay que evitar los extremismos, ya sea desde una perspectiva de izquierda o de derecha, de desaparecer el Tribunal Constitucional" e instó a los candidatos presidenciales a respetar las decisiones judiciales y las reglas de juego.
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