Con una mezcla de sentimientos se encuentran cinco familias luego de que apareciera en Chimbote un hombre que asegura ser un pescador que naufragó hace 18 años en el mar de Talara, Piura. Fue hallado deambulando por las calles de Coischo en Chimbote y actualmente se encuentra internado en el Hospital La Caleta.
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Ángela Ramírez, hija de un pescador que desapareció hace 18 años tras un naufragio en el mar de Talara.
La muerte de un familiar es un proceso difícil de superar, sobre todo cuando el que parte se va en circunstancias inesperadas; pero la esperanza de volver a ver a este ser querido se convierte a veces en un alivio para el dolor. Con esta mezcla de sentimientos se encuentran cinco familias luego de que apareciera en Chimbote un hombre que asegura ser un pescador que naufragó hace 18 años en el mar de Talara, Piura.
El pescador fue hallado deambulando por las calles de Coischo en Chimbote. Actualmente se encuentra internado en el Hospital La Caleta, hasta donde han llegado varias familias para identificarlo y confirmar si se trata de aquel esposo, padre o hermano que perdieron hace varios años.
“Las esperanzas siempre las mantendré, sea o no sea mi padre siempre voy a tener la esperanza de volver a encontrarme con él”, asegura Ángela Ramírez, quien hace 18 años perdió a su padre, un pescador que naufragó cuando realizaba su faena en altamar. Su cuerpo nunca apareció.
No pierden la fe
Ángela llegó a Lima junto a su madre y su abuelo para realizarse una prueba de ADN y así confirmar si aquel hombre hallado en Chimbote es Ángel Arquímedes Ramírez López. “Hay algunos aspectos fiscos que pueden ser compatibles y otros no, la contextura cambia y más si la persona ha estado abandonada. Por ese motivo es que nos están haciendo las pruebas para confirmar si en verdad es mi padre”, comentó.
La joven de 27 años contó que el naufragio de su padre marcó bastante a su familia porque también perdieron a dos primos. “Ninguno de los tres cuerpos apareció. Nunca hubo un rastro o una parte de la embarcación que pudiese flotar, no apareció nada”, señaló.
Al no tener evidencias de que su padre murió, la familia Ramírez guardó la esperanza de encontrarlo con vida en algún lugar. “La fe nunca se pierde y menos si se trata de un familiar nuestro”, agregó.
Familias se realizan pruebas de ADN
El caso de Ángela no es el único pues hay otras familias que en circunstancias similares perdieron a un familiar en un naufragio. Todas estas personas se han dirigido hasta el Hospital La Caleta para ver a aquel hombre y confirmar su identidad.
Roxana Namuchi viajó más de 15 horas desde Talara hasta Chimbote para tratar de reconocer a este pescador, pero comprobó que no era su familiar. “El viaje ha sido largo, hemos llegado con la esperanza de que pueda ser mi hermano, pero ya lo vimos y no es él”, dijo. “Mi hermano desapareció hace 18 años. El señor que está aquí es blanco y de ojos marrones claro. Mi hermano no es así”, agregó.
La familia Ramírez ya se sometió a las pruebas de ADN en un laboratorio de Lima. Todos han pasado por los exámenes de raspado bucal y la toma de muestra de sangre. Los resultados, que se conocerán en cinco días, podrán poner fin a la angustia que pasó esta familia al no saber el destino de Ángel desde el día de su naufragio. “Espero que al final para una de nosotras sea alegría”, dice Ángela.
“Los recuerdos más bonitos que yo tengo es cuando lo iba a recoger a la playa. Esperaba a que desembarque del bote en la orilla del mar de Talara”, recuerda la joven que perdió a su padre cuando tenía nueve años. La niña que ahora es mujer espera que esta bonita escena se repita pero ya no en sus sueños sino en la vida real.
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