Las aguas residuales son los líquidos que ya fueron utilizados en las actividades diarias. Lo explica José María 'Chema' Salcedo en 'Así de Claro'.
¿Te has preguntado a dónde va el agua que usas después de bañarte, de hacer tus necesidades o de lavar tus platos? Esas aguas residuales siguen su curso por la red de alcantarillado hasta una planta de tratamiento. Allí se eliminan los contaminantes, para después ser reutilizadas de manera limpia en el río o mar o en algún otro lugar.
En nuestro país hay 50 de estas plantas, de las cuales 43 están ubicadas en Lima. Más del 30% de la población peruana no cuenta con políticas y gestión del tratamiento de agua potable y de aguas residuales, lo que provoca que muchas estén expuestas a enfermedades como el cólera, la anemia, hepatitis, disentería, gastroenterocolitis, entre otras.
Necesidad ante la falta de agua. “Las principales ciudades que tienen sistemas de tratamiento son Lima. También Arequipa y Cusco, pero lamentablemente la mayor parte de empresas de saneamiento no tienen un tratamiento no tienen un tratamiento completo ni moderno, utilizan una tecnología que tienen poca efectividad y eso genera un riesgo en la salud pública”, explica Miguel Prialé, experto en Gestión Pública de la Universidad del Pacífico.
La gran cantidad de aguas residuales domésticas, agrícolas e industriales que producimos y desechamos cada día, podría ser un nuevo "oro negro" para hacerle frente a la escasez de agua en el mundo, según el último informe de Naciones Unidas. Con lo que sucede en nuestro país por los desbordes de ríos, deberíamos darle mayor importancia al reúso cuidadoso del agua que usamos en nuestros hogares, ciudades, plantas industriales y en la agricultura.
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