El presidente de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO), Jorge Pérez, habló con RPP Noticias sobre la situación de las comunidades amazónicas ante la COVID-19. Ya se coordinó con los ministros de Salud y Cultura para promover una mayor atención del Estado.
De los fallecidos y contagiados con el nuevo coronavirus se conoce su ciudad, región, edad, género, si lo atendió el MINSA o EsSalud, entre otros detalles necesarios para llevar las cuentas de la pandemia. Pero hasta ahora, camino a los noventa días del estado de emergencia en el Perú, no hay datos certeros sobre cómo están afectadas las comunidades indígenas, mucho menos las de la selva loretana, la más castigada.
RPP Noticias entrevsitó a Jorge Pérez, presidente de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO), para conocer la situación de las comunidades amazónicas. El dirigente advierte que el asunto es grave.
¿Cuál es la situación de las comunidades indígenas amazónicas a tres meses de haberse conocido el primer caso de nuevo coronavirus en el Perú?
Estamos en una situación muy difícil. Llevábamos una semana buscando conversar con el ministro de Salud aquí en Iquitos y recién el 4 de junio pudimos concretar esa reunión (con él y el ministro de Cultura, Alejandro Neyra). Necesitamos una decisión política rápida que ayude a los pueblos indígenas más alejados azotados por el nuevo coronavirus.
Hay lugares donde ya hay varios muertos como en la Triple Frontera, Pucacuro, Trompeteros, Requena o El Napo. El Estado, lo que está haciendo, es actuar como un bombero y va a los lugares con contagio alto. Pero no está implementando un sistema de respuesta médica que incluya medicinas, equipamiento y personal médico en los lugares más alejados. Este abandono abre las puertas para que el nuevo coronavirus pueda ingresar y matar a más personas.
Hay que impulsar el plan de intervención aprobado y publicado en el diario oficial El Peruano en el que se encuentran 80 millones de soles que no se están llevando a cabo en el terreno de los hechos. Esa es nuestra gran preocupación.
¿Si en la zona urbana los hospitales y centros de Salud están colapsando, qué posibilidad real tiene un integrante de las comunidades indígenas de recibir atención médica oportuna?
Las probabilidades de abandono ya se están viendo en el terreno de los hechos. Uno, es porque los médicos que han venido a brindar asistencia en Loreto ya han regresado, están retornando, porque en el casco urbano de Iquitos ha disminuido el contagio pero a nivel de nuestras comunidades está aumentando.
Lo otro es que el contagio en los pueblos aumenta porque las personas que estaban varadas en Iquitos han regresado vulnerando los controles oficiales y comunales. Fueron por caminos atravesando quebradas y llegaron, pero no fueron tamizados. Esos portadores son los que están multiplicando el coronavirus en sus comunidades.
Lamentablemente, los habitantes de las comunidades indígenas tienen un sistema inmunológico muy vulnerable y una simple gripe los puede matar. Estamos hablando de un hecho bastante grave.
¿Cuánto afecta la pandemia al desarrollo social y cultural de las comunidades indígenas?
Es un colapso total. Muchos ancianos sabedores han muerto por este coronavirus. Entonces, los depositarios de los conocimientos tradicionales que sirvieron de fuentes de investigación o conocimientos hacia futuras generaciones, están desapareciendo. Este es un costo, se puede decir, muy alto.
¿Cómo creeen que llegaron los primeros contagios a la amazonía?
El contagio llegó a través de la distribución irresponsable de los víveres, de los alimentos. No se ha cumplido con los protocolos de sanidad y la manipulación de alimentos no fue controlada. A través de ese medio se contagiaron, por ejemplo, en Trompeteros, que es una zona petrolera.
En la zona de frontera con Brasil o Colombia, en el Medio Putumayo, se interactúa demasiado con las personas de ambos lados de la frontera y no se han tomado las medidas correspondientes a pesar de los controles iniciales.
Sin embargo, ahora lo que se necesita es actuar frente a las consecuencias. Necesitamos de manera urgente un sistema de prevención y no solo actuar cuando haya contagios, porque eso significa abandonar a personas propensas a enfermarse.
¿Cuántos pobladores de las comunidades indígenas están contagiados? ¿Qué dicen las cifras oficiales?
De manera oficial, las cifras siempre tratan de minimizar el problema. En las cifras oficiales hablan de cinco indígenas muertos, pero en los registros comunales se cuentan más de 100 fallecidos con síntomas de coronavirus que no fueron tamizados. Los infectados son cientos de personas. En el Trapecio Amazónico, por ejemplo, el 60 % de pruebas tomadas han resultado positivas.
¿La pandemia ha hecho más visible lo que ustedes consideran un olvido del Estado?
No hay la voluntad política o el conocimiento del terreno de los hechos como para desplazar la logística necesaria. Aquí (en Loreto), el director regional de Salud nos dijo a los líderes indígenas que nos olvidemos de que puedan llegar las medicinas a todas las comunidades porque solamente tenemos fondos para llegar a las capitales de los distritos en donde pueda existir un puente aéreo o fluvial.
Pero ¿qué pasa, por ejemplo, con la comunidad 12 de Octubre en la frontera Alto Tigre? Allí hay casos de coronavirius pero no hay ni una pastilla de paracetamol o azitromicina. Eso quiere decir que no hay una decisión política y esa decisión debe partir del portafolio de Salud. El ministro tiene que venir y conminar a los médicos para que lleguen con rapidez a las comunidades alejadas.
Lo que me dice usted, señor Pérez, es que la gente de las comunidades está muriendo por la falta de atención, más allá de las consecuencias del virus...
Así es. La clave ahora es el medicamento y la presencia del personal médico que le va a ayudar a proporcionarle la medicina y los protocolos para que no se desesperen. Si no hay una fuente para recibir asistencia médica e información, entonces los pueblos entramos en zozobra y nos podemos contagiar rápidamente. Tiene que haber la presencia de un sistema médico específico para combatir el coronavirus.
¿Cómo han tomado las comunidades amazónicas este virus?
La gente dice que nunca hemos tenido una enfermedad así. Conocíamos enfermedades que afectaban a una o dos personas con intervalos de varios días, pero ahora todo el mundo está asustado porque en un día se enferman diez, veinte personas y todos con los mismos síntomas.
Aquí también nuestra población está poniendo la mano a la medicina tradicional, con hojas y cortezas, pero eso se tiene que complementar con medicamentos de farmacia. La comunidad está optando por una medicina tradicional pero desde un punto de vista científico, eso no ayuda mucho.
¿Qué acuerdos tomaron en la reunión con los ministros de Salud y Cultura?
Le hemos dado la importancia de acordar cómo se llevará adelante el plan de intervención COVID-19 para comunidades indígenas y ribereñas.
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