El Ejecutivo, el Congreso y los ciudadanos debemos ubicar nuestras decisiones en el contexto real que estamos viviendo: el empeoramiento de las previsiones económicas, la persistencia de la inseguridad ciudadana, la aparición de graves perturbaciones climáticas y sanitarias, la fragilización de nuestras instituciones.
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Hoy entramos a las dos semanas finales del mes de Julio que pueden servir sea para profundizar nuestras divisiones o bien, al contrario, para darle un rumbo a nuestro país. El miércoles 19 tendrá lugar una manifestación de protesta, que pretende dar continuidad a los movimientos de diciembre y enero pasado, que no aportaron beneficios a los manifestantes y se saldaron con la muerte de cerca de sesenta personas. El miércoles 26 se elegirá la nueva Mesa Directiva del Congreso, que deberá hacer frente al clima de polarización y descrédito con el que termina la actual legislatura. El 28, la presidenta Dina Boluarte pronunciará un discurso ante el Congreso, en el que debe dar cuenta de lo actuado desde que reemplazó al golpista Pedro Castillo. La propia Dina Boluarte ha adelantado que será un discurso importante para la gobernabilidad del país. El Ejecutivo, el Congreso y los ciudadanos debemos ubicar nuestras decisiones en el contexto real que estamos viviendo: el empeoramiento de las previsiones económicas, la persistencia de la inseguridad ciudadana, la aparición de graves perturbaciones climáticas y sanitarias, la fragilización de nuestras instituciones. Dependerá de nosotros que seamos capaces de afrontar nuestro calendario social y político con la mirada puesta en la mejora de las condiciones de vida de nuestra población. En cualquier caso, no vamos a superar nuestras dificultades si no tomamos en serio principios fundamentales que son exigencias de la democracia y de la paz social: el respeto a la vida humana, el cumplimiento de la ley, el rechazo a la violencia. A lo largo de la historia, hemos atravesado etapas de zozobra, destrucción y muerte. Pero nada nos obliga a tropezar nuevamente con los mismos obstáculos. Al revés, ha llegado el momento de obrar con convicción para que nuestro país ofrezca a todos sus hijos justicia, seguridad y desarrollo.
Las cosas como son
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