Estudio del Instituto Integración señala que el valor más importante que guía el comportamiento de los peruanos es el optimismo chambeador.
El 94 % de los peruanos piensa que se puede progresar trabajando duro, revela una encuesta del Instituto Integración.
David Sulmont, director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), señala que esta visión hace que los peruanos puedan salir adelante con su propio esfuerzo y dependan de sí mismos. Por su parte, Liuba Kogan, profesora de la Universidad del Pacífico, dice que el connacional es comprometido y suele ver al trabajo como algo bueno.
El estudio indica que el valor más importante que guía el comportamiento de los peruanos es el optimismo chambeador. En Perú, aproximadamente cuatro de cada diez trabaja 50 horas a más a la semana, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Más aún, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), uno de cada diez confiesa que hubiese preferido trabajar más horas. Sin embargo, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) considera una carga excesiva el trabajar más de cincuenta horas semanales.
La investigación refiere que el valor de la ayuda mutua ha disminuido ligeramente entre el 2011 y el 2015. Al respecto, Sulmont dice que esta tendencia de colaborar menos se debe a la modernización que lleva al crecimiento de las ciudades.
Esto implica, detalla, una modificación en la forma de satisfacer necesidades. Por ejemplo, dejamos atrás el intercambio de bienes y servicios en la comunidad ‒propiciada por relaciones cercanas entre sus habitantes‒ para recurrir al mercado como fuente principal e impersonal de lo que necesitamos.
No obstante, el director del Instituto de Opinión Pública de la PUCP apunta que una alternativa que puede revertir esta situación es la participación ciudadana en organizaciones sociales.
El estudio concluye que la competencia dañina, el antivalor que caracteriza a los peruanos, está conformada por el egoísmo, la envidia y el chisme. Según esto, el peruano busca su propio provecho incluso a costa de los demás, es infeliz ante los logros del otro y los descalifica cuando tiene la oportunidad. Este antivalor muestra un crecimiento con respecto al 2011.
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