El pez carachama es de fácil crianza y crece en ambientes rústicos, además de presentar la ventaja de alimentarse de los desechos que dejan otros peces.
En esta época del año conocida como vaciante, es común ver en las calles de Iquitos, región Loreto, letreros que anuncian el famoso ‘caldo de carachama’ a un sol.
Y es que la carachama es un pez que se vende en los mercados en paneros y listos para preparar el caldo, aunque algunos prefieran comerlo asado.
Aunque la contextura de pez no es nada simpática y su rostro tampoco, un bocado de carachama puede hacer olvidar la fealdad que posee.
Pero, por qué es tan pedido, sobretodo en las mañanas por los comensales. El doctor Luis Campos Baca, presidente del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), tiene varias explicaciones.
Asegura que la carachama tiene abundante fósforo y una enorme concentración de proteínas (19%), que no solo la hace rica en cuanto a los alimentos que posee, sino por ser sabroso en los potajes como tortilla o en filete, ya que gran parte no tiene espinas.
Aunque los pobladores de mayores recursos económicos no le dan mucha importancia, Campos Baca refiere que su consumo solucionaría un poco el problema nutricional en la Amazonía.
Según explica, es porque no necesita reproducción artificial y estos hacen huecos para depositar sus cerca de 300 huevos.
“Existen 16 especies de carachamas, todas de ellas comestibles”, dice el presidente del IIAP, quien recuerda que el reconocido cheff nacional Miguel Schiaffino preparó caviar con los huevos de este pez, el cual tuvo mucho acogida en otros países.
Finalmente, indica que la carachama es de fácil crianza y crece en ambientes rústicos, además de presentar la ventaja de alimentarse de los desechos que dejan otros peces.
Por: Jaime Vásquez
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