Especialistas creen que dicho procedimiento "no es la gran panacea".
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Congreso
El pleno del Congreso aprobó este jueves en primera votación la modificación del Código Penal a fin de aplicar la cadena perpetua y la castración química para los violadores de menores de 14 años.
Pero ¿realmente la castración química es un mecanismo efectivo para reducir los casos de violencia sexual? Hay diversas posiciones. El parlamentario Yonhy Lescano, a favor de la medida, dijo que actualmente nueve estados de EE.UU. la aplican en casos de abusos sexuales a niños.
En una entrevista con el programa Conexión de RPP Noticias, explicó que incluso países europeos, como Holanda, y sudamericanos, como Colombia, permiten la castración química contra las personas que cometen estos hechos delictivos. "Lo que se quiere es tomar medidas distintas a las que se han venido tomando 20 años atrás: puro aumento de penas de cárcel, pero los delincuentes siguen cometiendo delitos y violaciones", comentó.
De acuerdo con el legislador de Acción Popular, en esas naciones se han reducido el número de delitos sexuales tras la aprobación de la pena. "La castración química, en un país tan machista como el nuestro, va a tener efecto disuasorio", aseguró.
¿Medida insuficiente?
Un argumento distinto esgrime el director del Centro de Investigación y Desarrollo en Salud Mental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), Humberto Castillo, para quien la eficacia disuasiva de la castración química es "relativa". Si bien señala que el procedimiento disminuye el impulso sexual "al evitar la erección e imposibilitar el orgasmo", advierte que en la conducta del reincidente "muy poco juega la idea del castigo, porque logra esconder esa posibilidad, pensando en que lo evitará de alguna manera, que no lo van a descubrir".
"Ellos tienden a minimizarlo, incluso si hubiera aún una pena de muerte, cadena perpetua o la propia castración", sostuvo el psiquiatra. "La conducta del abusador no solo es sexual, sino también hay una motivación agresiva. Por más que la conducta sexual pueda disminuirse e inhibirse, la otra, la agresiva, va a estar ahí. Yo sí creo que tenemos que hacer algo distinto", agregó.
Por su parte, el director de la Clínica de Urología Avanzada (Urozen), Jorge Saldaña Gallo, manifestó que "no toda la hormona masculina, la testosterona, se produce en el testículo del varón, también en otras partes del cuerpo". En ese contexto, dejó en claro que la castración no siempre va a reducir completamente el impulso sexual.
"Tal vez la ampolla no sea la gran panacea. Siento que sería insuficiente para resolver el problema, hay que hacer algo más", aconsejó el médico urólogo.
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