Investigación advierte que hay otorgadas "más concesiones que nunca" en la Amazonía peruana a compañías de petróleo y de gas que ponen en peligro la biodiversidad.
La Amazonía peruana afronta una nueva amenaza, que afecta ya al 41 por ciento de la región, ocasionada por la concesión de territorios para la explotación de gas y petróleo, según un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
El trabajo documenta por primera vez la historia de las actividades hidrocarburíferas en la región, afectadas ahora por un "segundo boom" tras el registrado en la década de la década de 1970.
La investigación de Martí Orta y Matt Finer, del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la UAB y de la ONG Save America"s respectivamente, advierte que hay otorgadas "más concesiones que nunca" en la Amazonía peruana a compañías de petróleo y de gas que ponen en peligro no sólo la biodiversidad, sino también a las poblaciones indígenas de la región.
Según sus conclusiones, hay 52 concesiones de hidrocarburos activas, que cubren más del 41 por ciento de la región, frente al 7 por ciento de 2003; con unas previsiones de que lleguen a alcanzar el 70 por ciento de este territorio selvático.
En los últimos setenta años, la Amazonía del Perú (la segunda más extensa tras la de Brasil) ha producido unos mil millones de barriles de petróleo en sus cerca de 700 pozos.
Los autores han descubierto una disminución constante en la producción de petróleo de la Amazonía desde su punto máximo en los años ochenta (2009 fue el de menor producción en las tres últimas décadas), mientras que la producción de gas natural se ha disparado.
La mayor parte de las concesiones se encuentran en zonas sensibles, como áreas naturales protegidas por el Estado peruano y territorios oficialmente reconocidos de los pueblos indígenas.
En concreto, una quinta parte de las áreas protegidas y más de la mitad de todas las tierras indígenas tituladas de la Amazonía peruana están cubiertas por las concesiones, y, lo más preocupante según los investigadores, es que cubren también más del 60 por ciento de la zona propuesta como reserva para los pueblos indígenas en aislamiento voluntario.
El estudio alerta además de la expansión de la frontera hidrocarburífera, que está provocando que las últimas regiones remotas y vírgenes de la selva tropical que hay en la Amazonía estén ahora al alcance de las compañías gasistas y petroleras.
Como ejemplo citan el Bloque 67, operado por la petrolera francesa Perenco, situado en uno de los rincones con mayor biodiversidad sobre un territorio con más de 300 millones de barriles de reservas probables cuyo desarrollo ya está programado, y que se solapa además con una reserva de protección para los indígenas.
El estudio dice que el primer "boom" de la década de 1970 tuvo graves impactos ambientales y sociales, y según sus autores, este segundo también los conllevará, como los enfrentamientos que se produjeron en 2009 en la provincia amazónica peruana de Bagua entre indígenas y fuerzas gubernamentales.
Los investigadores plantean un debate político riguroso que incluya un análisis exhaustivo de los impactos ambientales y sociales causados por esta actividad.
-EFE
El trabajo documenta por primera vez la historia de las actividades hidrocarburíferas en la región, afectadas ahora por un "segundo boom" tras el registrado en la década de la década de 1970.
La investigación de Martí Orta y Matt Finer, del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la UAB y de la ONG Save America"s respectivamente, advierte que hay otorgadas "más concesiones que nunca" en la Amazonía peruana a compañías de petróleo y de gas que ponen en peligro no sólo la biodiversidad, sino también a las poblaciones indígenas de la región.
Según sus conclusiones, hay 52 concesiones de hidrocarburos activas, que cubren más del 41 por ciento de la región, frente al 7 por ciento de 2003; con unas previsiones de que lleguen a alcanzar el 70 por ciento de este territorio selvático.
En los últimos setenta años, la Amazonía del Perú (la segunda más extensa tras la de Brasil) ha producido unos mil millones de barriles de petróleo en sus cerca de 700 pozos.
Los autores han descubierto una disminución constante en la producción de petróleo de la Amazonía desde su punto máximo en los años ochenta (2009 fue el de menor producción en las tres últimas décadas), mientras que la producción de gas natural se ha disparado.
La mayor parte de las concesiones se encuentran en zonas sensibles, como áreas naturales protegidas por el Estado peruano y territorios oficialmente reconocidos de los pueblos indígenas.
En concreto, una quinta parte de las áreas protegidas y más de la mitad de todas las tierras indígenas tituladas de la Amazonía peruana están cubiertas por las concesiones, y, lo más preocupante según los investigadores, es que cubren también más del 60 por ciento de la zona propuesta como reserva para los pueblos indígenas en aislamiento voluntario.
El estudio alerta además de la expansión de la frontera hidrocarburífera, que está provocando que las últimas regiones remotas y vírgenes de la selva tropical que hay en la Amazonía estén ahora al alcance de las compañías gasistas y petroleras.
Como ejemplo citan el Bloque 67, operado por la petrolera francesa Perenco, situado en uno de los rincones con mayor biodiversidad sobre un territorio con más de 300 millones de barriles de reservas probables cuyo desarrollo ya está programado, y que se solapa además con una reserva de protección para los indígenas.
El estudio dice que el primer "boom" de la década de 1970 tuvo graves impactos ambientales y sociales, y según sus autores, este segundo también los conllevará, como los enfrentamientos que se produjeron en 2009 en la provincia amazónica peruana de Bagua entre indígenas y fuerzas gubernamentales.
Los investigadores plantean un debate político riguroso que incluya un análisis exhaustivo de los impactos ambientales y sociales causados por esta actividad.
-EFE
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