Con la misma rotundidad con la que rechazamos al Movadef debemos rechazar el accionar de grupos de extrema derecha que recurren a la intimidación y a las amenazas, como se ha venido haciendo contra funcionarios y periodistas.
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La gravedad de los problemas sociales, económicos y climáticos que enfrentamos es tal, que resulta totalmente irresponsable minimizar la acción de grupos extremistas que no renuncian a la violencia. Con la misma rotundidad con la que rechazamos al Movadef debemos rechazar el accionar de grupos de extrema derecha que recurren a la intimidación y a las amenazas, como se ha venido haciendo contra funcionarios y periodistas.
Las contradicciones evidenciadas en el Ministerio de Cultura sacan a luz la ambigüedad de algunos políticos que no se atreven a llamar las cosas por su nombre. Intolerancia a la intolerancia, fanatismo al fanatismo, violencia a la violencia.
El primer ministro Alberto Otárola ha desautorizado la actitud complaciente del viceministro de Cultura, pero la titular de ese ministerio, Leslie Urteaga, justifica la reunión mantenida con miembros de La Resistencia en nombre de una política de no discriminación.
Afortunadamente, una funcionaria digna, la señora Diana Alvarez Neyra, ha renunciado para denunciar la manipulación que se intentó hacer para darle una apariencia de apertura democrática a una reunión improvisada entre el viceministro y activistas que no asumen compromisos contra la violencia.
Hacer política consiste en forjar consensos para aportar soluciones a las dificultades de nuestra población y prever las que nos amenazan. Por eso todos los partidos democráticos deberían tomar claramente posición y distanciarse de lo que se emparenta a fuerzas de choque, que recuerdan las peores experiencias de los totalitarismos del siglo XX.
Tanto más, que el ejemplo de esos grupúsculos puede alentar a muchos otros que creen que su tarea es eliminar a los que piensan de manera diferente. Lo que está en juego es la paz social y las condiciones para la recuperación económica. Son valores que no podemos correr el riesgo de echar a perder.
Las cosas como son
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