En Lambayeque durante el Día de los Muertos se ven manifestaciones que tienen sus raíces en la época prehispánica.
Como dice el maestro lambayecano Federico Kauffmann Doig en su artículo “Ultratumba entre los antiguos lambayecanos”, el culto a los muertos es una práctica universal, que hunde sus raíces en las brumas de la prehistoria de la humanidad.
La idea de la existencia de un más allá, ya estaba presente en la cosmovisión de estos habitantes. Lo podemos ver en las diversas manifestaciones arqueológicas que nos han llegado y que se conservan en los museos de la región.
La forma de ubicación de los cuerpos, su direccionalidad con respecto al mar y al sol, las técnicas en la preservación de los cadáveres-que ahora conocemos como momias y que se exponen en varios museos como el Brüninig de Lambayeque-los objetos y atuendos que rodeaban y cubrían el cuerpo del difunto, implica ya un complejo pensamiento respecto a la muerte.
Hay caseríos andinos del distrito de Salas como La Shita, El Naranjo, Lanchaco Alto y Bajo, Penachí entre otros, en los cuales aún hay la costumbre de lavar la ropa del difunto, parte de la cual se pone en el ataúd y el resto se regala entre los familiares,
También se ve aún hoy en Mórrope, Picsi, Íllimo, Túcume, entre otros distritos, la costumbre de llevar alimentos al cementerio para degustar la comida que le gustaba al finado cuando estaba vivo.
Estas manifestaciones, que aún hoy perduran en nuestros pueblos y que se ponen de manifiesto cada 1 de noviembre, fueron registradas por los cronistas españoles, así como por Huamán Poma hace casi 500 años, quien detallaba estas costumbres.
Si aún sobreviven es porque muchas costumbres de los antiguos lambayecanos, al igual que de los antiguos peruanos, fueron mimetizándose en las nuevas costumbres cristianas que fueron implantando los curas católicos que llegaron con los conquistadores.
En cualquiera de estos días libre que tenga, dése una vuelta por los museos lambayecanos y vaya al encuentro de la muerte y vea como los antiguos moradores de esta región, ya le tenían un espacio en su vida cotidiana y del más allá.
Por: Juan César Cabrejos
Lea más noticias de la región Lambayeque
Comparte esta noticia