Las investigaciones del bioarqueólogo Haagen D. Klaus en Mórrope, descubrieron que en los primeros años coloniales, hubo una fusión de patrones funerarios.
Los trabajos de bioarqueología que se realizaron en el distrito de Mórrope en los últimos dos años, ha permitido a los investigadores dirigidos por Haagen Klaus, descubrir que desde el inicio de la colonia, de comenzó a fusionar costumbres funerarias de los pobladores mochicas, con la de los españoles.
Klaus dijo que se ve que hubo una yuxtaposición y fusión de las costumbres funerarias de los pobladores mochicas de Mórrope con las que trajeron los españoles, resaltando el uso del cinabrio, que es un pigmento mineral, sulfuro de mercurio, que da el color rojo, usado hace miles de años en los entierros prehispánicos.
Con la presencia española, el pigmento rojo es reemplazado por una tela roja, lo que es la primera evidencia de este tipo de entierros, donde ya se ve el nacimiento de un panteón mochica-católico.
Otro detalle es que se encontraron tumbas con ataúdes de madera de algarrobo, tal como lo hacían la élite de la época mochica reflejados en la tumba del Señor de Sipán.
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