Los mochicas registraron parte de su vida en una serie de dibujos que realizaban en sus famosos huacos retratos.
En varios ceramios de origen Muchik y en algunos frisos hallados en investigaciones arqueológicas, tanto en las regiones Lambayeque y La Libertad, aparecen unas iconografías que en un inicio los arqueólogos pensaron que eran figuras salidas de la imaginación de los guerreros moches.
Pero este enfoque está quedando de lado, pues se han descubierto en los últimos años, tanto en territorio lambayecano como trujillano, figurinas de cobre dorado y cobre plateado, de los personajes que aparecen en las iconografías.
En el 2013, dos impresionantes figurinas fueron descubiertas durante los trabajos de investigación y conservación en el laboratorio del museo Tumbas Reales de Sipán. Las dos figurinas eran parte de la gran cantidad de objetos de todo tamaño que se retiraron de las tumbas excavadas en 1988 en Huaca Rajada.
Estas imágenes representan a personajes y seres míticos vinculados a una de las más importantes escenas de la iconografía Mochica denominada “La Rebelión de los artefactos”, explica el director de este museo, doctor Walter Alva Alva, quien indicó que estas figurinas, probablemente utilizadas en algún tipo de ritual, son los que se puede llamar un verdadero descubrimiento de laboratorio.
Las figurinas fueron recuperadas en el fondo del ataúd de la tumba del sacerdote de Sipán durante las excavaciones en el año 1988, como parte de las muchas concreciones de objetos no identificados cubiertos por densas capas de corrosión y que progresivamente se van restaurando en los laboratorios del museo Tumbas Reales de Sipán.
Las figurinas son las conocidas representación del hombre-porra y del hombre-búho y forman parte de la representación de un mito que los mochicas trasladaron a su cerámica y murales, indicando que en algún momento se dio la inversión del mundo en el cual los artefactos, en su mayor parte indumentaria de guerra, cobran vida, se sublevan y atacan a los hombres bajo el mando de un personaje mítico conocido como el hombre-búho que aparece en el lado opuesto del personaje radiante que simboliza el sol y el día, mientras que el búho representa a la noche y la oscuridad.
La sublevación de los artefactos es un mito que ha preocupado en todos los tiempo a la humanidad y los mochicas pensaban en mundos opuestos e incorporaban en sus principales ceremonias este mito.
Imágenes con esta singular escena fueron descubiertas en los murales de Huaca de la Luna, Pañamarca y en cerámica mochica, finalizó señalando el investigador.
Por: Juan Cabrejos
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