El monseñor Miguel Cabrejos considera que se debe desarrollar una ley migratoria que beneficie a todos. ´Personalmente, creo que es un ley miope´, dijo en RPP.
El monseñor Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, consideró que la nueva ley migratoria de Arizona, en Estados Unidos, "atenta contra la dignidad humana".
"Yo voy al principio. Una ley tal como ha salido, así, atenta contra la dignidad humana. No puedo irme a las cuestiones técnicas, pero creo que es correcto una ley migratoria adecuada, que beneficie a todos, pero no de esa manera como ha salido", comentó en RPP.
La ley, promulgada el pasado viernes 23 de mayo, convierte en delito residir sin documentos migratorios y permite a la policía local confirmar el estatuto migratorio en base a "sospechas razonables".
También contempla penalizaciones a quienes transporten o den trabajo a un indocumentado y otorga el derecho a cualquier persona de demandar a los departamentos policíacos, agencias estatales o ciudades que no apliquen las nuevas regulaciones.
"Considerar a un inmigrante, por ser inmigrante como delincuente, es un atentado a la dignidad humana y a los derechos humanos. Personalmente, creo que es una ley miope, porque no quieren ver el aspecto fundamental de lo que es la humanidad, la racionalidad del intercambio de culturas", dijo Cabrejos.
"Nuestros hermanos de Arizona tienen que estar convencidos de en Estados Unidos fueron inmigrantes. Hay 45 millones de hispanohablantes en Estados Unidos, es un aporte a la cultura. Por eso, es que el Episcopado Norteamericano ya se pronunció en contra de esta ley", añadió.
"Yo voy al principio. Una ley tal como ha salido, así, atenta contra la dignidad humana. No puedo irme a las cuestiones técnicas, pero creo que es correcto una ley migratoria adecuada, que beneficie a todos, pero no de esa manera como ha salido", comentó en RPP.
La ley, promulgada el pasado viernes 23 de mayo, convierte en delito residir sin documentos migratorios y permite a la policía local confirmar el estatuto migratorio en base a "sospechas razonables".
También contempla penalizaciones a quienes transporten o den trabajo a un indocumentado y otorga el derecho a cualquier persona de demandar a los departamentos policíacos, agencias estatales o ciudades que no apliquen las nuevas regulaciones.
"Considerar a un inmigrante, por ser inmigrante como delincuente, es un atentado a la dignidad humana y a los derechos humanos. Personalmente, creo que es una ley miope, porque no quieren ver el aspecto fundamental de lo que es la humanidad, la racionalidad del intercambio de culturas", dijo Cabrejos.
"Nuestros hermanos de Arizona tienen que estar convencidos de en Estados Unidos fueron inmigrantes. Hay 45 millones de hispanohablantes en Estados Unidos, es un aporte a la cultura. Por eso, es que el Episcopado Norteamericano ya se pronunció en contra de esta ley", añadió.
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