El puente Pukayacu se ubica por encima del río Yanamayo y hace cinco años fue restaurado por las autoridades, tomando su forma original de la época incaica.
Llama y Yauya son dos distritos ancashinos del Callejón de los Conchucos que no solo están hermanados por sus costumbres, su actividad económica y sus atractivos turísticos, sino que, además, han convertido al puente Pukayacu en un simbólico cordón umbilical que los mantiene muy unidos.
El puente de la hermandad
Pukayacu es un puente colgante de 60 metros de longitud, que se ubica por encima del río Yanamayo y que hace cinco años fue restaurado por las autoridades de ambos pueblos, tomando su forma original de la época incaica, con la finalidad de recuperar parte del camino inca y así promover la actividad turística a esta parte de la región.
La vía construida a base de sogas de cabuya y tablas de maguey, es retocada cada año en el mes de noviembre, en el marco de las fiestas de aniversario de los dos distritos, que coincidentemente tienen 106 años de antigüedad.
La tradicional carrera de chasquis
Belisario Castillo Mendoza, alcalde de la municipalidad distrital de Llama, provincia de Mariscal Luzuriaga, nos cuenta que en esta fecha se realiza la tradicional carrera de chasquis, con el único propósito de rendir homenaje a nuestros antepasados y rememorar la forma tenían para comunicarse.
Detalla que este año fueron invitados, además de Yauya, otros cuatro distritos, cada uno de los cuales envió 10 representantes, quienes vestidos con trajes de chasquis de la época incaica se ubicaron a un kilómetro de distancia y recorrieron Yauya y Llama por la ruta trazada, llevando un mensaje. Claro, el trayecto incluía pasar por el histórico puente, agrega.
El primer equipo en cumplir la terea es el ganador y este año el premio se quedó con los chasquis de Yauya, refiere Castillo, a la vez que señala que también se realiza la escenificación de la Pachamama o tributo a la tierra.
La ruta inca una oportunidad de desarrollo
“Se estima que el puente fue construido hace más de 300 años y nosotros hemos trabajado en su restauración porque es parte de la historia de nuestros pueblos y porque queremos convertirnos en un importante sitio turístico para el país y por qué no, para el mundo”, refiere el burgomaestre.
Indica que si bien es cierto, promover el recorrido de la ruta inca es una de sus prioridades, también lo es promocionar sus valles y demás atractivos para atraer mayor inversión y dinamizar su economía. En esta perspectiva, la gastronomía con sus máximos exponentes como la pachamanca y la cuyada, no están exentos.
Llama y Yauya son dos distritos hermanos y un claro ejemplo de que todo es posible cuando hay unión y se comparte los mismos ideales sin mezquindades, solo con la esperanza de conseguir el el desarrollo de sus pueblos y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Por: Yanet Reyes
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