La socióloga apuntó que para luchar contra la criminalidad se requiere de políticas públicas de, al menos, mediano plazo, lo cual se ve frustrado en el Perú por el constante cambio del ministro del Interior y otras autoridades en la Policía.
La socióloga Lucía Dammert, quien acaba de publicar su libro "Contra el populismo punitivo. Retrato de un país inseguro y la inutilidad de las políticas de <mano dura>", sostuvo que la criminalidad no se enfrenta con mayores penas o cadenas perpetuas porque son "inútiles".
"Estamos en un círculo vicioso donde las políticas no resuelven el problema. El problema está aumentando y lo que hacemos es volver a caer en una percepción que lo que va a salvar es la pena de muerte o la mano dura. Uno, no funciona, y dos, ni siquiera son bien implementados", recalcó en Ampliación de Noticias de RPP.
Dammert explicó que "cuando uno aumenta los castigos tanto, lo único que hace es hacinar los sistemas carcelarios donde se convierten en una universidad del delito y entonces las cosas aumentan y continúan".
En esa línea, la especialista apuntó que se requiere de políticas públicas de al menos mediano plazo, lo cual se ve frustrado en el Perú por el constante cambio de autoridades del sector.
"Lo que hace falta en el Perú, como en muchos países de América Latina, son politicas muchos más estructurales, pero además el ingrediente peruano que es muy llamativo que sean políticas mínimas de mediano plazo. El cambio permanente de ministro, en el caso del ministro del interior especialmente, o de la jefatura de la Policía, genera un constante avance y retroceso en las decisiones de políticas públicas respecto a los temas de criminalidad", aseveró.
Situaciones infernales
Lucía Dammert lamentó que ante los terribles casos que existen a lo largo del territorio peruano, las víctimas se vean revictimizadas por el sistema de justicia, que no llega a capturar a los delincuentes.
"Creo que hay partes importantes del país donde se están viviendo situaciones bastantes infernales. Cuando uno mira los problemas de trata de personas sobre todo de niños niñas y adolescentes, están en la zona de Madre de Dios. Cuando uno mira la esclavitud sexual que enfrentan muchísimas mujeres en diversas partes del país, cuando uno se da cuenta que la mayoría de las mujeres están en este tipo de exámenes son mujeres que han sido robadas o tratadas dentro de sus mismos hogares en el Perú", precisó.
"El peor de los infiernos es ser víctimas de homicidos, de violencia grave, y encima estar permanentemente revictimizado porque el Estado y la capacidad de la justicia no llega a dar con los culpables", aseveró la socióloga.
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