Criollo de corazón, don Nicolás Seclén dejó este mundo y con él un amplio legado artístico gracias a Los Mochicas, grupo que fundó.
Un verdadero embajador de la música criolla, don Nicolás Seclén Sampén, partió dejando un gran legado al Perú y una invaluable contribución a la identidad regional de Lambayeque al entonar grandes himnos como Chiclayo de mis amores, dedicado a la Capital de la Amistad; o Tierra del guayacán, marinera compuesta en honor a la Santísima Cruz de Motupe.
Los restos del fundador del grupo Los Mochicas fueron traídos hoy, 05 de febrero, por su esposa e hijos para ser velado en su tierra natal. Hasta mañana, su cuerpo permanece en la Asociación de Músicos Santa Cecilia “La Esquina del Movimiento”, en la esquina de Siete de Enero y Pedro Ruiz.
Nicolás Seclén dio vida a famosos temas entre valses, marineras, tonderos, tristes y polkas, de autoría propia y de otros recordados compositores lambayecanos, pero siempre en alusión a Lambayeque, sus tesoros y costumbres.
En vida, su trabajo artístico no pasó desapercibido y recibió las Palmas Peruanas del Instituto Nacional de Cultura, la Medalla del Congreso de la República, la distinción de la Asociación Peruana de Artistas y Compositores, el reconocimiento de la Escuela Nacional Superior de Folklore, las medallas de Monsefú, Chiclayo, el Callao y Lima, entre otros premios y honores.
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